Jordi Revert Gomis publica en Cátedra ‘Cine y cómic’, otro delicioso monográfico muy contrastado
¡Mis queridos palomiteros! ‘Cine y cómic’: Jordi Revert publica en Cátedra otro delicioso monográfico. Quisiera recomendar -para llevar con alegría y mejor actitud este calurosísimo verano- una de las muchas lecturas de cine, atractivas e interesantes, que cada vez se prodigan más en el mercado editorial.
Arrancaré con Cine y cómic, densa y muy atractiva joyita publicada en la prestigiosa ediciones Cátedray en su colección Signo e Imagen -por cuya autoría responde el joven valenciano y especialista en cine, Jordi Revert Gomis, a la sazón profesor de Comunicación Audiovisual en la Universitat Jaume I-, que a sus 38 años se reafirma como uno de los mejores narradores del séptimo arte. No en vano, hace siete años publicó en esta misma editorial un minucioso y refrescante trabajo monográfico sobre el cineasta neerlandés Paul Verhoeven.
‘Cine y cómic’: Jordi Revert publica en Cátedra otro delicioso monográfico
El alumbramiento del cine y del cómic a finales del siglo XIX marcó el principio de una era de la mano de dos expresiones artísticas que definirían la iconosfera moderna. Un siglo después, en la era digital, los lazos entre ambos medios se estrechan y la pantalla se vuelve un lienzo en el que los cineastas recrean viñetas o reconstruyen universos dibujados.
En el caso que nos ocupa, Revert ha sabido vehicular con gran acierto las alianzas y coincidencias que se dan entre el séptimo arte y la, formalmente llamada, novela gráfica, pasando por el universo de los videojuegos y la ciencia ficción.
Sobre todo, el autor hace hincapié en las adaptaciones del cómic al cine, a pesar de que las dos expresiones artísticas nacieron casi al tiempo, y cómo la industria del séptimo arte, esencialmente, ha podido mejorar -más en la forma que en el fondo- las historias con las que hemos crecido la mayoría de quienes pasamos de largo los 40 años.
Ejemplar indispensable para conocer, a ciencia cierta, la génesis del cómic hasta nuestros días, cuyo proceso y evolución histórica, aliada con el cine, se ve atravesada por una enriquecedora lectura que convierte al estudio en un muy apasionado trabajo
Y para este dejá vù en el que me visto instalado durante la enriquecedora lectura, Revert ha tenido que realizar un fortísimo ejercicio de síntesis para decirlo todo en 469 páginas. Para ello, entre otros recursos se ha apoyado en ilustraciones en blanco y negro, distribuidas de manera polifórmica, bien sea a través de dibujos, carteles de cine o fotogramas de películas, que no son solo una propuesta para oxigenar el estudio, sino que contienen a su vez un importante elemento pedagógico que ayuda a entender las partes más teóricas del trabajo.
En este sentido, me parece esencial detenerse en las descripciones de cada una de estas imágenes. Por ejemplo, para comprobar cómo ha sido la evolución de la tipografía y de los recursos digitales empleados para las películas: recuadros, diseño de bocadillos, composiciones dinámicas, sobreimpresiones onomatopéyicas y otras lindezas que recomiendo especialmente.
Por su lado Cine y cómic, estructurado en cuatro capítulos: Hacia una definición de intermedialidad; 24 viñetas por segundo: breve historia de los trasvases entre cine y cómic; El cine como campo de batalla: la guerra entre DC y Marvel por la hegemonía del cine de superhéroes (muy interesante el epígrafe que versa sobre la relectura ética del superhéroe tras el 11 S) y Herramientas digitales para la intermedialidad e intertextualidad: una propuesta de clasificación, Revert realiza un amplio recorrido sobre la historia del cómic desde Picasso y Clouzot, pasando por Tintín y Spielberg. En fin, un repaso impecable, muy cuidado y contrastado, a tenor de las obras audiovisuales citadas, los cómics citados y la bibliografía, que en total abarca 54 páginas.
Nos hallamos, pues, ante un ejemplar indispensable para conocer, a ciencia cierta, la génesis del cómic hasta nuestros días, cuyo proceso y evolución histórica, aliada con el cine, se ve atravesada por una enriquecedora lectura que convierte al estudio en un muy apasionado trabajo.
Naturalmente, está dirigido a todos los públicos, si bien es cierto que los amantes de estas dos disciplinas -cine y cómic- lo van a disfrutar muchísimo. Diría no solo que el volumen debe ocupar la estantería de cualquier cinéfilo, sino que su presencia en centros escolares y universidades es obligatoria.
