Carla Nyman entrega un excepcional retrato sobre el amor y las soledades compartidas en ‘La profesora’
¡Mis queridos palomiteros! ‘La profesora’: Excepcional retrato sobre el amor y la soledad compartida.
Arrancaba la temporada teatral del Teatro Bellas Artes de Madrid -dirigido por don Jesús Cimarro– con la puesta en escena del multipremiado dramedia de Eduardo Galán (La curva de la felicidad, Hombres de 40), La profesora, dirigido por la jovencísima Carla Nyman y protagonizado por dos sólidos intérpretes, Isabel Ordaz (El beso) y Marcial Álvarez (Los pazos de Ulloa) -de acreditado prestigio, tanto en el cine como en la televisión o el teatro-, que se adueñan de la función y ya es imposible imaginar otro dueto con tanta química y tanto talento.
‘La profesora’: Excepcional retrato sobre el amor y la soledad compartida
La historia de La profesora sigue los pasos de Carlos Ortiz, un pescadero de unos cincuenta años -con una inteligencia emocional e intelectual poco cultivadas- que trabaja en un supermercado. Busca ayuda para su hija Daniela de 16 años, que estudia en un instituto.
Su primer encuentro con la tutora del centro para solventar el asunto, América Alcalá, una mujer de casi sesenta y cinco años que no quiere jubilarse por miedo a la soledad, se convierte en un auténtico combate dialéctico. A lo largo de siete reuniones hasta el final del curso, la obra irá subrayando las vicisitudes de cada uno de esos encuentros entre estos dos personajes tan diferentes por cultura y edad, en medio de los conflictos planteados por la hija.
Se agradece mucho, en los tiempos que corren, que la excusa argumental dé paso a una serie de pequeñas catástrofes y penalidades, recogidas con estilo, clase y elegancia. No solo tienen que ver con la educación en sí dentro del aula, sino que Galán sabe cómo introducir también otros importantes temas oscuros de nuestros días, que conviene no olvidar: el bullying, la identidad de género, el fracaso escolar o el suicidio.
Eso sí, no solo La profesora los ataja de frente, sino que también los enfoca desde un punto de vista esperanzador, que insufla oxígeno a sus protagonistas y se les ve evolucionar, pero que a su vez no excluye la cara B de Ortiz y Alcalá, a saber, sus inseguridades, miedos, los conflictos con la felicidad o la soledad compartida, y con subtramas muy interesantes que dejan al descubierto la fragilidad del ser humano de puertas para adentro. Y, sobre todo, La profesora lanza un mensaje bien hondo sobre las apariencias y la tentación de emitir juicios gratuitos.
Eduardo Galán pondera todos los conflictos, parte de una estructura tradicional, límpida y sin fisuras, que se ve implementada por un lenguaje que a pesar de que habita en lugares comunes, está alejado de cualquier estereotipo, despliega diálogos creíbles, interesantes y auténticos, y sus protagonistas les dan vida y color con excelentes resultados
Naturalmente, este paisaje se encuentra tamizado por la ternura, el humor y el amor, que salvan y sanan de mucho, especialmente a través de la literatura, que termina por suavizar todos los caminos por los que transita el espectáculo.
Desde el punto de vista de la dramaturgia, Eduardo Galán pondera todos los conflictos, parte de una estructura tradicional, límpida y sin fisuras, que se ve implementada por un lenguaje que a pesar de que habita en lugares comunes, está alejado de cualquier estereotipo, despliega diálogos creíbles, interesantes y auténticos, y sus protagonistas les dan vida y color con excelentes resultados.
A todo este dechado de virtudes, hay que poner el foco en Carla Nyman, la directora -de gran imaginería visual-, cuya puesta en escena preludia algo mágico, algo poético. Especialmente resulta atractiva la división del espacio escénico -funcional y gris en el despacho de América y coloreado fuera de él, donde una gasa recorre de lado a lado del escenario-, que deja entrever los otros mundos donde conviven las realidades más íntimas de Ortiz y América, con heridas que a menudo les desgastan demasiado. Al tiempo, ha de considerarse el afinado trabajo con el espacio sonoro, el diseño de iluminación o el de vestuario.
Nos hallamos, pues, ante una historia de gran calado emocional, que gana en optimismo y cercanía al paso del tiempo, que divierte y reflexiona a partes iguales y se disfruta de principio a fin
Por ello no es de extrañar que, hasta la fecha, ya ha recogido diversos premios en Nueva York desde su estreno en junio de 2022 bajo el nombre Life Lesson. Los premios incluyen el Premio ATI a la producción del Estreno Mundial de Life Lessons/Lecciones de Vida, el Hola Special Recognition For Its Theme of Inclusion and Education y el Premio Talía a la mejor producción de artes escénicas de Nueva York de autoría hispana contemporánea.
Por cierto, para quienes lo deseéis, y a sabiendas de que me considero un gran devorador de libros, os recomiendo la lectura de esta comedia trágica que ha editado Éride en su colección de Teatro.