Linares Rivas: huele a puerto y a atasco matinal en Garás - Pateando A Coruña

Linares Rivas: huele a puerto y a atasco matinal en Garás

Avenida Linares Rivas. Comienza en la plaza de Ourense y termina entre Ramón de la Sagra y Alfonso Molina. 57 números. 400 metros. 15005.

¿Quién era Linares Rivas?

Los apellidos Linares Rivas están ligados a una saga de coruñeses ilustres, que comenzó con el político que da nombre a la avenida desde la que hoy hablamos: Aureliano Linares Rivas, diputado compostelano de nacimiento pero cascarilleiro por sus obras. Entre otros logros, este hijo adoptivo de la ciudad impulsó la llegada del tren a A Coruña, y a él se dedican una enorme estatua en la Rosaleda o el Obelisco de Los Cantones.

El nombre a esta calle llegó en un acuerdo plenario de 1892, pero su nombre original, Calle Garás, sobrevivió en el lenguaje de los coruñeses hasta bien entrado el siglo XX.  Sobre aquel empedrado de Garás circularía el tranvía a Sada. Lo más curioso es que quien lo inauguró fue el alcalde Maximiliano Asúnsolo Linares Rivas, sobrino nieto del homenajeado.

Tráfico intenso

Linares Rivas es el acceso al centro y es centro en sí misma. Avenida comercial y muy transitada, tuvo un antes y un después con la inaguración del famoso escalextric. Francisco Franco, en persona, inauguró en agosto de 1971 el entonces conocido como Viaducto del Generalísimo.

Desde entonces, aquí llegan los coches de dos en dos carriles, y confluyen en el habitual atasco todas las mañanas, con baile de intermitentes entre los que quieren ir al túnel de la Marina o los que siguen recto.

Carril bici y muchos buses

Hay ocho carriles separados por una mediana y, desde hace poco, dos más, reservados para la bicicleta con unos pivotes verdes. Es un carril bici por cada sentido, aunque la costumbre hace que muchos lo cojan en sentido contrario, pegados al puerto, o, directamente, sigan circulando por la acera. El itinerario ciclista Guadiana, que aparece y desaparece, se ha llevado por delante todas las plazas de aparcamiento de esta avenida.

Al menos ha reducido la doble fila. Los repartidores y los comerciantes lo odian, pero lo agradecen los conductores de buses. Contamos ocho líneas de bus urbano, de salida. Y hasta doce, dirección entrada, en la parada número 25, la que más tráfico registra de toda la ciudad. Y no son solo los buses rojos. Son también los verdes de Arriva, los azules de Asicasa o cualquiera de las rutas de la comarca que, desde hace casi dos años, llegan al centro de A Coruña.

 

El puerto, tras una verja

Todas las mañanas las gaviotas madrugan para hacerse con un sitio en el techo de la Lonja de Linares Rivas y se dispersan en estudiada coreografía en cuanto se van marchando los camiones con las mercancías. Podrían relatar perfectamente los movimientos de las más de 40.000 toneladas de pescado fresco que se desembarcaron en el muro en 2018, la mayor cifra de toda España.

Aquí enfrente confluyen los muelles de Calvo Sotelo y Batería, separados de las aceras por una verja protegida por Patrimonio y por una entrada que pone “Puerto de A Coruña”. El mural que hay debajo representa el espacio portuario con un Castillo de San Antón que parece un volcán.

Y es una de las primeras fotografías que se hacen algunos de los cruceristas que desembarcan en esta zona del puerto cuando hay abarrote en el muelle de trasatlánticos.

El incierto futuro no- portuario

Junto a una centenaria grúa que se restauró para colocar en una rotonda, quedan imágenes para el recuerdo como las descargas de carbón, la aduana o la marcha de los barcos a América llenos de emigrantes.

Tenían sueños por construir, como los que quedan pendientes en esta amplia superficie de terreno que quedará sin uso en unos años. Hasta ahora, ha habido mucha palabra pero poco documento. Y es que, sin acuerdo entre administraciones hasta la fecha no hay más propuestas en firme que aquel plan director del urbanista Joan Busquets de 2006, con zonas verdes y edificios de nueve alturas en la zona en la que hoy en día se descarga mercancía general.

Edificios singulares

Hace un par de años un portal inmobiliario señaló a Linares Rivas como la calle más cara de toda Galicia, e incluso llegó a hablar de un precio medio por piso superior a los 800.000 euros.

Habría que ver si entre las viviendas estudiadas estaban las joyas arquitectónicas de la vía. Entre las más conocidas figura la Casa Barrié de los arquitectos Antonio Tenreiro y Peregrín Estellés, que llega hasta la plaza de Vigo.

La imponente cúpula de la Casa Barrié rivaliza con la del edificio granate de enfrente, terminada en pináculo. En esta construcción de elementos modernistas, obra de Leoncio Bescansa, estuvo muchos años un establecimiento más práctico que decorativo: la ferretería Torres y Sáez.

Arte y ayuda a domicilio

Entre los múltiples comercios y oficinas de Linares Rivas, conocemos dos. Jaspe Art está situada en el último número de la avenida, el 57. Esta tienda de bellas artes y manualidades fue creada en 1928  y, desde entonces, ha pasado por varias generaciones de la familia Jaspe. Jorge Nieto es el propietario actual:

La empresa Silvalle, situada en el 7-6 de Linares Rivas, lleva más de 20 años dedicada a la asistencia a domicilio. Nos acercamos a su labor con Pilar Rodríguez, directora gerente de Silvalle:

La avenida de contrastes

Lo  práctico y lo bello se mezclan constantemente en Linares Rivas, una avenida de contrastes. Exceso de humo de coches entre los cerezos japoneses que florecen en primavera. Un bulevar ajardinado frente a las extrañas galerías comerciales que conectan, debajo de más de 20 pisos, con Federico Tapia.

 

Trabajadores de empresas con maletín junto a las mochilas de los peregrinos que pasan por este tramo del Camino Inglés. Bancos para sentarse y otros bancos que fueron desapareciendo: el Noroeste, el Gallego, el Urquijo, la corporación Caixa Galicia. Sol de mediodía e inundaciones cuando llueve mucho.

   

La calle de la COPE

No nos olvidamos de que en el número 7-6 de esta avenida está la radio con mejores vistas de A Coruña. Porque, desde hace casi 25 años COPE Coruña emite cada día desde aquí.  Y no saben  lo difícil que es describir con palabras lo bonita que se pone Linares Rivas desde este séptimo piso cuando se despereza cada mañana.

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