Calle Torreiro: moda, tapas y nombres en inglés
Calle Torreiro. Comienza en la Calle Real y termina en San Andrés. 32 números. 140 metros. 15003.
De Montero a Torreiro
La Calle Torreiro es una de las más antiguas del Barrio de Pescadería y siempre funcionó como vía de paso entre la zona de Luchana y San Andrés. Tiene apellido, pero no nombre. Esta vía debe su denominación a Antonio Vázquez Torreiro, veedor general de los Ejércitos y Armada naval de Flandes y Mar Océano y caballero profeso del Hábito de Santiago. Este ilustre militar compró terrenos aquí en el siglo XVII y levantó seis casas donde antes había una vivienda con pozo y huerta.
La que entonces se conocía como calle Montero, probablemente por un propietario anterior de la zona, pasó a ser de Torreiro. Pese a lo importante que parecía su cargo, este personaje pasó desaparecibido en la historia coruñesa. Quizás nos suene más el más ilustre de sus vecinos. En 1879 nació en el número 16 de la calle Torreiro Wenceslao Fernández Flórez. El autor del Bosque Animado, viviría aquí sus primeros años hasta que se mudó… no muy lejos: a San Andrés
La calle de las compras
La madre de Fernández Flórez tenía una tienda de costura en Torreiro, un local precursor de lo que marcó durante mucho tiempo esta céntrica calle de paso de Pescadería. Y es que Torreiro fue nombre propio durante muchos años como una zona en la que las compras eran las protagonistas. Especialmente, de ropa. Los grandes almacenes Barros, la boutique Martina, Sacha, Amichi y, sobre todo, Zara. Aquí abrió en 1975 el segundo local de la marca más conocida de A Coruña
Este edificio comercial de cuatro plantas convirtió a la calle Torreiro en el centro del distrito Inditex, con Massimo Dutti a un lado, Bershka enfrente y, a unos metros, Pull & Bear o Stradivarius. Todos, excepto el local del cine París, fueron cambiando de marca y cerrando a lo largo de los años.
El ribeiro de La Traída y la croqueta de La Bombilla
Antes del ‘toque Amancio Ortega’, la calle Torreiro era lugar de encuentro por una pequeña tasca sin nombre. Este local, fundado en 1936, estaba frente a la oficina de aguas, por lo que comenzó a ser conocido como La Traída. Y nunca le hizo falta ningún cartel para atraer a sus fieles. Tras miles de tazas de Ribeiro servidas, Mari Carmen y Sisa, -conocidas como las rubias, las solteras o las parisinas- cerraron hace nueve años las puertas de este local de serrín en el suelo con vistas a París. Al Cine París, en concreto.
Enfrente, todavía podemos comer tigres rabiosos y, en la esquina de la Galera, pervive el que quizá sea el bar de tapas más famoso de A Coruña: La Bombilla. El local del pincho de croqueta y los servilleteros hechos con botes de Colacao supera el medio siglo de vida. Su popularidad suele exceder el espacio disponible, por lo que no es difícil ver a los clientes apiñados en el exterior para comer los pinchos de precio discreto.
La nueva hostelería de Torreiro
Si el local de la Traída hoy es un distinguido bar de cocina japonesa, en los últimos meses, las chinchetas del colorido suelo de Torreiro se han ido llenando de terrazas con acento extranjero. Esta zona comienza a adquirir una nueva identidad propia en locales de nueva hornada que sirven desde el primer café hasta la primera copa. Del “afterwork” que es ahora el local del antiguo Barros al “Food & Drinks” del Showroom, pasando por el “Coffee, Beer & Cocktail” del último local en abrir, el Macchiato.
Con Ángel Rodríguez, encargado del Macchiato, hemos hablado en COPE MÁS Coruña:
El futuro
Los nuevos locales suponen un nuevo atractivo para una calle peatonal a la que no pocos acceden a riesgo de llevarse una buena multa por aparcar en la zona restringida de San Andrés. Quizás esta nueva tendencia haga reabrir alguno de los comercios que lleva años cerrado y lleno de carteles o acelere la rehabilitación de los antiguos edificios de esta ecléctica calle llena de esencia coruñesa.
Porque Torreiro también es aquel carnicero de la esquina o un disco que escuchamos por primera vez en la tienda Virgin. Es la Pensión La Perla o una noche en el Bristol, el local donde Xoel empezó a imaginar su carrera musical.
