Parque de Santa Margarita: el monte científico - Pateando A Coruña

Parque de Santa Margarita: el monte científico

Parque de Santa Margarita. Entre la avenida de Fisterra, la de Arteixo, la calle Palomar y la Ronda de Nelle. 53.000 metros cuadrados. 15005.

Una Santa muy venerada

La relación de Santa Margarita con esta parte de la ciudad viene de muy atrás. Ya en el siglo XVI hay constancia de la devoción en A Coruña a esta mártir milagrera, Santa Margarita de Antioquía, con una antigua capilla a la que acudían romeros de toda Galicia.

El templo, hoy desaparecido, estaba en la carretera de Bergantiños. Hoy lo situaríamos a la derecha de la actual avenida de Fisterra. Muy cerca de la cima del monte que acabó bautizando que estaba, siglos atrás, lleno de molinos.

Así, el lugar fue pasando de llamarse “Alto dos Muíños” a “Santa Margarita”, y sus usos fueron variando. Hay quien recuerda la antigua cantera, los camiones de la emisora de radio nacional o la zona en la que se dejaban a secar pulpos.

La conversión a un parque con carácter

Santa Margarita pasó a ser un parque en 1977, y fue uno de los principales logros del mandato de José Manuel Liaño Flores.

No obstante, esta área verde siempre mantuvo su carácter de monte. Además de las inevitables cuestas, en él encontramos varios elementos patrimoniales, como un hórreo del siglo XVI, las escaleras de piedra, fuentes o un molino que vivió mejores momentos de conservación.

Queda mucho de monte

Todos los elementos del parque vienen envueltos del olor a eucalipto o a pino, y del el sonido de varias especies de pájaros.

Tórtolas, zorzales, jilgueros o urracas tienen sus propias casas en los árboles. Comparten espacio con muchos perros que vienen aquí de paseo o con varias colonias de gatos callejeros.

Los niños ya no pueden dar de comer a los patos al estanque. Por no haber, no hay casi ni agua, y los servicios municipales se cansaron de reponer aves que alguien, de forma periódica, acababa robando.

Un parque para todas las edades

Sí se ponen las botas las palomas del lugar con alguno de los habituales de Santa Margarita. Es uno de los integrantes de un grupo de amigos acude a uno de los merenderos a jugar a las cartas, leer el periódico y pasar la mañana. Antes había muchos más habituales pero, según cuentan, fueron muriendo. 

Santa Margarita se modernizó e incluyó zonas de ejercicio para mayores, de juegos para pequeños y hasta algo llamado ‘street workout’ para los adolescentes. O tumbonas para tomar el sol. Una zona de relax muy cerca del anfiteatro que cada vez acoge menos actuaciones.

Los veteranos recuerdan cuando todas estas partes estaban a rebosar con la única romería que conserva A Coruña. La de Santa Margarita, en agosto, con sus puestos de rosquillas, sus manteles para comer empanada y, dependiendo del gusto de cada gobierno, sus verbenas. 

El primer museo científico

El mayor peregrinaje que acoge diariamente Santa Margarita es el de los escolares que se dirigen al palacete. Este edificio de los años 50 se reformó en 1985 y se convirtió en la Casa de las Ciencias.

Allí generaciones de coruñeses aprendimos a distinguir la estrella Polar de la Osa Mayor, vimos cómo un péndulo puede marcar las horas o que el huevo venía antes del pollito. Prohibido no tocar, nos decían por primera vez en un museo que abrió A Coruña al mundo de la divulgación.

De todo ello, habla en esta entrevista el director de los Museos Científicos de A Coruña, Marcos Pérez Maldonado:

En su exterior, podemos ver una réplica del manzano de Newton. Es el único árbol acordonado del parque más tradicional de A Coruña.

 

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