Fotografías de boda, fotografías de película
Érase una vez un chico que tenía un sueño. Que su mundo era y es el cine. Su película favorita, E.T El Extraterrestre. Cuando era pequeño le gustaba tanto el cine que trabajó en un pequeño cine de su ciudad. Podía ver una y otra vez las películas que se proyectaban. Se aprendía los diálogos, las escenas, la música, las reacciones del público… Todo eso acabó generando un poso visual y ha derivado en las fotografías de boda que hace. Su nombre es Daniel Alonso y en 2014 le galardonaron con el premio a fotógrafo revelación. Además, este año la Unionwep le ha premiado como mejor fotógrafo de bodas 2019 por la mejor boda contada.
Sin embargo, y a pesar de su éxito con la fotografía, su pasión le hizo soñar con ser director de cine. De hecho, él mismo se define como un director y guionista frustrado. Sus referentes son Spielberg, Kubrick, Nolan, Scorsese… “Siempre he querido ser uno de ellos, aunque sé que no lo seré”, revela Daniel. En ese momento en el que vio su sueño frustrado, se metió de lleno en el mundo de las fotografías de boda en People Producciones. Todo con cierta prudencia porque tenía miedo al fracaso. “Entendí que era miedo a fracasar, a decepcionar a mis clientes, a mi familia y a mi mismo. Ese miedo a perderlo todo, al fracaso, es el que me hizo querer hacer siempre las cosas un poco mejor cada día”, explica.
Escenas de películas para contar vuestra historia
Superados sus miedos comprendió que podía tener voz propia y que podía contar historias en las que creía y materializar las imágenes que flotaban por su cabeza. Así es como el mundo del cine impregnó sus fotografías marcando la diferencia. “No conozco otro modo de hacer ese tipo de fotos”, comenta Daniel. En su mente rondan continuamente imágenes de películas y series que absorbe inconscientemente. Y es en el momento de hacer fotos cuando hay algo que le dice: “tengo que hacer esa foto de ese modo”.
Por esa razón, la conexión con sus fotografías es muy grande. Daniel recuerda cómo ha tomado las imágenes, si le ha llevado mucho tiempo o no, si ha podido empatizar con la persona retratada… Pero si hay algo que tienen que tener sí o sí sus fotografías es emoción y que hagan sentir algo. “De nada me sirve que todo esté perfectamente simétrico y con una luz interesante si no consigue emocionarme de algún modo”, aclara Daniel.
Daniel ha visto tantas veces tantas películas que las tiene totalmente memorizadas en su cabeza. La Princesa Prometida, Dunkerque, El Bosque…. son algunas de las que ha inmortalizado con novios como protagonistas. En cambio, no son los novios los que le piden unas fotografías en concreto. Sino que es el propio Daniel el que investiga los gustos cinematográficos de las parejas. “Creo que se puede conocer la personalidad de la gente a través de sus gustos en cine, música y libros”, asegura. Por eso, siempre lleva por bandera la frase que escribió Nick Hornby en su novela Alta Fidelidad: “Lo que importa es lo que te gusta, no lo que te gustaría ser. Discos, libros, películas… eso es lo que realmente importa”.
Tan solo un pequeño cuestionario es lo que le hace falta a Daniel. Así se hace una idea de las películas que más os gustan:
- ¿Cuál es la película de tu vida?
- ¿Qué película odias a pesar de que todo el mundo la ame?
- ¿Cuál es tu banda sonora favorita?
- ¿Cuál es tu escena favorita de una película?
- ¿Qué tres películas verías antes de morir?
A raíz de tener las respuestas de los novios, Daniel visualiza de nuevo los largometrajes durante la semana de la boda. Así se empapa del espíritu y el ambiente “para llegar a la boda en modo cine” y empezar a disparar con su cámara.
Sin embargo, las localizaciones de una boda no tienen nada que ver con las de una película. “No se pueden controlar y todo tiene que salir perfecto en una sola toma”, explica. ¿Cómo soluciona esto Daniel? Buscando situaciones favorables para él. Una buena luz, una buena composición y siempre con la historia que quiere contar en la cabeza.
Una cabeza que es una explosión de historias que contar. Una cabeza con muchas ganas de hacer tareas pendientes como fotografías inspiradas en 2001 o Blade Runner. Incluso también una boda completa disparada en blanco y negro. Porque para Daniel el cine lo es todo. Y aunque no haya conseguido su sueño tiene en común con sus admirados directores “el afán de contar una historia en la que crees”. Por lo que, en parte, sí que ha logrado su sueño. Es un gran contador de historias. “Solo puedo decir que las fotografías de bodas me han dado más momentos felices que infelices”, concluye.