Patología de una depresión fashionista
Hoy, al ir al quiosco a comprar la prensa había cola y estuve un buen rato esperando mi turno. Por primera vez, tuve tiempo de mirar el conjunto de revistas detenidamente. Y entonces sentí, por primera vez, congoja y desolación, ante lo que me debía producir alegrías y ganas de consumir. Desde aquí me gustaría hacer un llamamiento a las directoras para que no me depriman más, por favor.
FOTO: la portadilla de la web de la revista de culto Love.
Crisis, desempleo, la hipoteca que nunca se acaba de pagar, inundaciones, volcanes en erupción, el fin del mundo en el 2012… desde luego que nunca he contado con los titulares de los periódicos para alegrarme el día… pero sí con las portadas de las revistas de moda. Y entonces van estas y se contagian del catastrofismo universal.
FOTOS: las portadas de las revistas Vogue UK y Elle USA.
Es como si la Adele, que encabeza el Vogue UK, haya leído la portada del ABC, que anuncia el aumento en el número de parados y le haya entrado una depresión. No sé si Adele sabe leer español o si le importa lo que pasa en España (igual su padre tiene una casita en Canarias donde piensa retirarse), pero su expresión es la de tristeza mezclada con indignación.
FOTOS: la portada de la revista ELLE UK de septiembre y un fotograma del cortometraje con Kate Bosworth para la campaña de otoño invierno de Vanessa Bruno.
Y no es la única. Gwyneth, en el ELLE USA, también parece afectada (ella sí sabe leer español. Lo aprendió viviendo con una familia española en Talavera de la Reina de pequeña). Las chicas de las portadas de LOVE, llevan llorando desde agosto y aunque Kirsten Dunst declare «estoy mucho más contenta» en la portada del ELLE UK de septiembre, con esa cara de angustia no hay quien se lo crea. Y lo malo es que es contagioso, porque se ha pasado al formato vídeo… no hay más que ver a Kate Bosworth, con cara de pena durante todo el mini film by Vanessa Bruno (con un final marcado por un ataque de nervios a lo síndrome bipolar).
FOTO: un surtido de antidepresivos de colores, el nuevo ‘must have’ de la temporada.
Así que la mala noticia es que la tristeza está de moda, en la moda. Melancolía, malestar global, depresión, pasarme el Prozac por favor.