El champú en seco que me salvó la vida
Diréis que soy una exagerada. Igual un poco sí. Pero tengo una nueva obsesión en forma de spray para el pelo. No es un spray normal es lo que se conoce en jerga beauty como «dry shampoo» o champú en seco.
Yo os hablo de el, porque durante las semanas de la moda, cuando no sabes si vas a poder comer o volver a casa o al hotel, tu pelo no es la máxima preocupación, y gracias a los «dry shampoo» no hace falta que pierdas el tiempo en peluquerías.
La aplicación de dicho producto es muy fácil:
Se puede usar nada más lavar el pelo, solo en la raíz, para darle volumen. Yo prefiero esta opción a usar laca que te ensucia antes el pelo.
Se puede usar antes de irte a dormir, para levantarte con el pelo limpio y salir corriendo, esos días que sabes que no vas a poder lavártelo.
Se puede usar en aviones, en vuelos largos, para refrescar el cabello.
Queda claro que tiene muchos usos. Lo importante es saber cómo aplicarlo. Algunos dejan «huella», en forma de polvo blanco. Es un poco como cuando nuestras madres se ponían talco en el pelo para absorber el exceso de grasa. Dejas actuar el producto unos cinco minutos y lo retiras frotando con una toalla.
Es más fácil para las rubias que para las morenas. Pero los genios de Baptiste tienen la solución. Han creado una gama especial específica para cada color de pelo. En vez de dejar un polvo blanco, lleva polvo de color, a tono con tus mechas.
¿Os doy las malas noticias ya? En España hay pocas marcas que comercializan el Dry Shampoo. Al menos, yo solo he encontrado tres, uno de Klorane que se compra en farmacias y que funciona muy bien, otro de toda la vida que tienen en la perfumería de El Corte Inglés, pero hace mucho que no lo traen, y otro de Schwarzkopf que no me ha gustado tanto como los demás.
Aprovechando viajes a EEUU o a Londres, compro todos los que encuentro para ir probando marcas. ¿Las mejores hasta ahora? Baptiste, Bead Head de Tigi, y Pssssst!