Necesito llevar mi champán con glamour
Cuenta la leyenda, que un productor de champán tuvo este dilema hace unos cincuenta años y recurrió a la casa Louis Vuitton para la solución. El señor en cuestión necesitaba transportar cinco botellas de champán, pero con glamour.
Visiones de un botellón chic me vienen a la mente, pero la verdad es que en los años 30, se trataría de algún pic-nic de la alta sociedad parisina o algún evento al aire libre, como una carrera de caballos en Longchamp. Total, que los artesanos de la Maison Vuitton, siempre tan apañados, diseñaron un bolso especialmente para él.

¿El resultado? El bolso emblemático de la casa, el modelo Noé, que más tarde llevaron todas las «it girls» de los años 60 y más tarde aún en los 80, las estudiantes pijas de los Lycée Français repartidos por el mundo. (Para ver su evolución en vídeo pincha aquí).

Si bien hoy los más vistos sobre los hombros de las asiduas a Ortega y Gasset o Rodeo Drive son los modelos Speedy y Neverfull (ambos personalizado por supuesto), auguramos una vuelta del Noé en 3, 2, 1… (ahora existe en colores vitamina, con el asa más larga y hasta en un tamaño más pequeño).