13. Fuera de los Andenes, en la Cafetería de la Estación de FFCC
Cada vez que me viene a la cabeza «Mi infancia son recuerdos», lo hago con la voz de Serrat sonando con eco a través de los años. Pero aparte de los discos del «Nano», mi infancia son también recuerdos de los locales que visitaba con mis padres. El Casino de Almendralejo, el Bar América, los Pozuelos y, ya en Badajoz, el Anzuelo, el Luque, la Cantina de la Estación…
Por aquella época recuerdo que era más pequeñita, peor aprovechada, pero nosotros nos quedábamos en los veladores, entonces extendidos por el andén. Un íntimo de mi padre era factor y me enseñaba el cuadro de mandos de las agujas, las banderas, la gorra, el silbato… Recuerdos.
Aquella «Cantina» se ha convertido hoy en una sensacional y demandada cafetería que sirve cada mañana cientos de desayunos y que proporciona un punto de encuentro en la margen derecha, tan ligada siempre a las vías del tren.
El desayuno que han elegido para el Concurso Badajoz Capital Mundial del Desayuno es una tostada con un pan bastante bueno, firme, bien tostado, crujiente, con una variación de la típica extremeña (aceite, tomate y jamón ibérico): sustituyen el tomate por un salmorejo suave, con aguacate para darle consistencia, el aceite, presencial, lo justo para prestar su presencia y un una crema de queso, liviana. Todo está cubierto por un buen jamón ibérico. La complejidad es relacionar unos alimentos tan untuosos en una superficie mínima, y el secreto, hacerlo de manera sutil, para que la mezcla no resulte desagradablemente intensa pero sin dejar que ninguno de los ingredientes se pierda.
Café torrefacto. Fuerte. Al gusto de la Frontera. Se acompaña con un zumo de naranja fresquito. El precio total es justo el máximo del concurso: 4 euros.