Gudjohnsen, un islandés en el Mediterráneo - Yo jugué en Primera

Gudjohnsen, un islandés en el Mediterráneo

Seguramente es el mayor talento que ha dado el modesto e incipiente fútbol islandés en su historia. Desde luego, es el máximo goleador histórico con la selección de ese país (26 goles en 88 partidos) y el islandés, de los cinco que han jugado en España, que más partidos y tantos ha anotado en la Liga: 72 encuentros y 10 goles. Es Eidur Smári Gudjohnsen, y jugó en el Barcelona.

Este delantero ultra-nórdico llegó a Can Barça en la temporada 2006-2007 después de hacerlo muy bien en el Chelsea. Marcó 52 goles en 6 temporadas en la Premier sin ser un 9 puro. Su carrera comenzó en el Valur de su país cuando apenas era un niño, con 15 años. Pasó por PSV, Rejkýavik y Bolton Wanderers antes de recalar en los ‘blues’, donde le marcó a su siguiente club en unos octavos de final de vértigo en Stamford Bridge. 4-2 ganó el Chelsea aquel choque.

Gudjohnsen era un mediapunta de mucha clase, aunque, y sin que sirva de precedente tirando de tópicos, algo frío. En el equipo azulgrana jugó 72 partidos e hizo 10 goles. Su participación fue de más a menos: 14, 12 y 11 titularidades. Lo fichó Frank Rijkaard, algo que se notó cuando llegó Pep Guardiola al banquillo, que dejó de contar con él.

En la ciudad condal ganó títulos: una Supercopa de España y el famoso triplete en la primera temporada del entrenador de Santpedor: Liga, Copa y Champions League. Tras su etapa culé, después de tres temporadas y ya con 31 años, recorrió el mundo, casi literalmente: jugó en el Mónaco, Tottenham, Stoke City, Fulham, AEK, Círculo de Brujas, Brujas, de nuevo en el Bolton, Shijiazhuang Ever Bright de China, el Molde y el Pune City, de India. Siete países en total, más los cuatro (Islandia, Países Bajos, Inglaterra y España) donde ya había jugado antes.

Su fútbol le dio para llegar a la pasada Eurocopa de Francia en 2016, histórica para Islandia por ser la primera vez que llegaba a una fase final de un torneo internacional de este calado. Ahora, con las botas colgadas, ve cómo dos de sus hijos van a jugar en las categorías inferiores del Real Madrid. Casualidades de la vida.

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