Ábalos, la caspa taurina y las poses ‘progres’
Concluye este 2018 y la Fiesta termina en el foco político una vez más. Durante estas últimas semanas hemos estado hablando del apoyo de Vox a la tauromaquia, de la reacción positiva del PP, de las distintas posturas según conveniencia del PSOE, del pasotismo de Ciudadanos y de los ataques de Podemos.
Este fin de semana escuchábamos al Ministro de Fomento José Luis Ábalos cargar contra esa España casposa en la que todos tienen que ser toreros o cazadores.
Toma ya lo que dice el hijo del Carbonerito, ese novillero conquense que no llegó a nada y al que motejaban como “el torero rojo”. Este mismo ministro que no hace mucho se paseaba ufano él por los callejones de las plazas de toros siendo secretario de organización de una Partido cada vez menos socialista, menos obrero y menos español.
Si, siempre en el callejón. En Valencia se le vio por Fallas, en los Sanfermines de Pamplona no dudó en anudarse el pañuelico rojo al cuello y en Las Ventas, la Fundación del Toro de Lidia le invitó a ver una corrida de toros de la Feria de San Isidro. Quizá la Fundación debería reconsiderar su postura de querer fotografiarse con la progresía antitaurina y apoyar más a quienes sí defienden la Fiesta. Las poses, a veces, conllevan estos petardos.
Ábalos y el PSOE vuelven a atacar a dos sectores como son la caza y la tauromaquia que a tantas personas engloban. Ni entienden su importancia antropológica, cultural y económica. Dos sectores que ayudan al tejido social de nuestra España rural del que algunos están tan alejados.
El PSOE sigue sin entender que la tauromaquia está muy por encima de ideas y banderas políticas. Y se equivoca en atacar sin piedad aún a sabiendas de que puede molestar y ahuyentar a parte de su electorado.
Luego no entienden que ocurran cosas como las de Andalucía.