Davis y la búsqueda del legado
Las decisiones de una estrella de la NBA tienen impacto en toda la liga, porque para eso se trata de jugadores que cambian la fisonomía de un equipo, tanto del que se va como de aquél al que llega; es como la caída de una piedra en un lago de aguas calmadas, la onda circular que genera ese impacto llega al resto de equipos, a las dos conferencias de la NBA. Algo se mueve en la liga porque Anthony Davis, uno de los jugadores de mayor impacto en la liga, ha tomado una decisión, buscar más posibilidades deportivas, marcharse de Nueva Orleans, y el plazo de traspasos concluye el 7 de Febrero.
En efecto, ha sido el propio jugador el que ha decidido agitar el árbol, mover ficha, su agente ha hecho público que no aceptarán la renovación en los Pelicans de Nueva Orleans, por lo que deja a su franquicia en la obligación de buscar una operación salida, un traspaso, para sacar algo a cambio, y no quedarse sin su estrella a cambio de nada en 2020 cuando finalice contrato.
El hecho de que meses atrás el propio Davis expresara en voz alta su deseo de tener más opciones deportivas y no sólo alcanzar un gran contrato económico fue un aviso. » Me importa más el legado que el dinero…El dinero es alucinante no me malinterpretéis, pero el legado ganaría la batalla siempre» dijo. El unicejo más famoso de la NBA es uno de los jugadores altos dominantes de la liga, pero su techo han sido las pasadas semifinales de la conferencia Oeste perdidas ante los Warriors, sólo ha disputado dos playoffs desde su inicio profesional en 2012. A sus 25 años y ante la posibilidad del nuevo contrato, ¿qué hacer? dinero o dinero y algo más. Davis se ha decantado por lo segundo, renunciando de esta forma al contrato máximo que los Pelicans iban a poder ofrecerle de más de 200 millones de dólares, no es que el posible nuevo destino vaya a cobrar las migajas, tendrá un gran contrato, pero Davis quiere un viraje a su carrera en un momento óptimo, en el que él puede elegir, algo que muy pocas veces le sucede a los jugadores en la NBA, y él ha elegido forzar su salida.
Era el momento de optar por la lucha por el anillo, por un proyecto ganador, es su propósito, conseguir un equipo que le permita pelear por ello. Davis, número 1 del Draft de 2012, ha ganado dos oros con EEUU en Juegos olímpicos y Mundial, pero no ha tenido la oportunidad de pelear con Nueva Orleans por nada grande en la NBA. Cinco veces All Star y elegido en el mejor quinteto defensivo de la liga, Davis es el jugador que lidera la eficiencia en la NBA esta temporada, tercer anotador con un promedio de 29.45 puntos, cuarto reboteador con 13.29, segundo taponador con 2.56 por partido, es una de las estrellas jóvenes de mayor impacto que menos opciones deportivas ha tenido. Podría haberse conformado con ser el Rey de Nueva Orleans, embolsarse un contrato fabuloso, pero quizá hubiera dejado de ser un gran competidor, porque desde 2012 no ha conseguido formar parte de un equipo para pelear por lo máximo.
Davis podría haber elegido ser jugador de un solo equipo, algo que cada vez ocurre menos porque las reglas del mercado NBA son mucho más móviles y porque los grandes jugadores quieren la gloria, no les basta el dinero, base por otro ladode una carrera profesional. La búsqueda del legado es lo que ha movido a Lebron James tres veces, es lo que movió a Harden o a Kevin Durant, es lo que mueve ahora a Anthony Davis. Habrá criticas no ya en Nueva Orleans, sino también en la gran tribuna global que es el patio de butacas del deporte profesional, en el que quienes no jugamos, no ganamos, no ingresamos, opinamos como si nos fuera nuestro futuro en ello o como si nosotros estuviéramos en la posición de un deportista profesional. Criticaron a Lebron , criticaron a Harden, criticaron a Durant, criticarán a Davis. ¿De qué otra forma se puede conseguir la gloria en la NBA actual si no sumas grandes talentos?
Davis puedo albergar mayores esperanzas en el proyecto junto a DeMarcus Cousins, pero el actual pívot de los Warriors fue el primero que hizo las maletas en búsqueda de la gloria, la que quiere conseguir este año en Oakland. Cualquier esperanza de un equipo con máximas aspiraciones en N Orleans pudo desvanecerse en ese momento para Anthony Davis, que ahora quiere hacer lo que cualquier gran jugador, formar parte de un proyecto ganador.
Otra cosa es que a la liga, que a la NBA, le agrade demasiada concentración de estrellas en determinados equipos, porque se corre el riesgo de un efecto ACB, es decir, el poder concentrado en manos de unos pocos equipos, y el resto pura clase media o baja. La NBA pretende otra cosa, por ello existe el límite salarial idéntico para todos, e idénticos ingresos de TV, y ha buscado normas antimonopolio no siempre aplicables o entendidas en su caso (aún se recuerda el bloqueo del traspaso de Chris Paul a los Lakers).
Ahora bien, quién en su sano juicio puede pensar que se puede hacer frente a los Warriors, a este monstruo construido en la bahía de San Francisco, si en frente no hay grandes jugadores. Nadie puede ni toserles ante tal concentración de talento. Tienen que llegar en muy mal momento y tener otro equipazo en frente para que los Warriors caigan. Nadie lo duda, es una dinastía que está dominando la NBA a la que sólo Lebron James (junto a Kyrie Irving) ha podido hacerles frente.
Precisamente Lebron James es el gran nombre que se asocia al de Davis. Es obvio que los Lakers buscan otra gran estrella que se complemente con Lebron para poder optar a hacer algo en el Oeste, territorio Warrior, y optar al anillo. Davis, que comparte agente con Lebron, tiene seguramente la expectativa puesta en Los Ángeles. El impacto de Davis y su entendimiento inmediato con Lebron darían una dimensión nueva a estos Lakers de Lebron. Otra cosa es cuadrar números y lo que los Lakers puedan ofrecer a Pelicans.
Hay momentos en los que los proyectos avanzan a una vía muerta, y encima salen muy caros, quizá los Pelicans no lo vean así ahora mismo, como sí lo ven los Memphis Grizzlies. Con Marc Gasol está obligados a una salida y Marc a pensar en otro destino, el proyecto no va a ninguna parte y es la única manera de que el mediano de los Gasol opte deportivamente a algo. Memphis y Marc confluyen en los mismos intereses. Un buen destino para el jugador, una reconstrucción para la franquicia.
Anthony Davis está ante la decisión de su vida. La carrera en un solo equipo, en una sola ciudad, hubiera supuesto tener una estatua en el mejor parque de Nueva Orleans o ser patrimonio de la ciudad, pero no hay nada más triste que una persona mirando atrás sobre aquello que pudo hacer, aquello que pudo conseguir, y que no fuera así por una mala decisión. Nadie devolverá a Davis ni a ningún otro jugador aquellos partidos que dejó de jugar, aquellos momentos que dejó de vivir, ni aquellos títulos que quiso conseguir. Nadie vivirá por él, se quedará él a solas con su legado, o con la nada.