La injusta crítica a Lebron James
Vivimos un tiempo en el que parece que todos debemos tener opinión sobre todo, incluso sobre cuestiones sobre las que no tenemos ni información ni conocimientos suficientes. La democratización de la comunicación en internet vía redes, que tan positiva es como modo de transmisión de conocimientos, opiniones, feed back inmediato sobre decisiones, noticias, opiniones, campañas, absolutamente todo, tiene también inconvenientes, y no hablamos ya de las faltas de respeto o insultos, noticias falsas etc, ejemplos claros sobre el mal uso de las nuevas tecnologías. (Las redes son un reflejo de la mente y el espíritu humanos).
Uno de los malos usos de la comunicación inmediata es que parece que cualquiera cree tener una opinión sobre todo y además sentir la obligación de opinar sobre todo aun cuando sea una materia o una situación que se le escapa. Y a esta perversión no son ajenos tampoco las celebridades o personas con cargos de responsabilidad o de representación. Partiendo de la base de la libertad de expresión que debe asistir a cualquier ser humano y que por desgracia no es un derecho reconocido en todo el mundo, hay ejecutivos o deportistas que jamás se permitirían dar una opinión en un foro que en cambio sí ofrecen en un tuit. Claro, es tan fácil, escribes un mensaje sobre lo que crees que está pasando en una parte del mundo a miles de kilómetros a partir de las imágenes que te llegan y algunas informaciones, o algunas opiniones, y escribes. Es lo que hizo Daryl Morey, quien por un momento olvidó que más que un particular era el máximo cargo deportivo de una franquicia de la NBA como Houston Rockets, y que en realidad estaba opinando sobre un cliente suyo, es decir, sobre China. Houston era el equipo más seguido en China desde los tiempos de Yao Ming.
La opinión de Morey pidiendo libertad para Hong-Kong ha ofendido el espíritu nacional en China, hasta el punto que televisiones y patrocinadores han castigado a la NBA precisamente en sus dos partidos de promoción en China (otra metedura de pata de Morey la inoportunidad). En Hong-Kong ha habido disturbios graves e imágenes que nadie querría que se dieran, pero en la ciudad autónoma conviven diferentes sentimientos y no todos están del lado de los manifestantes. Qué nos van a contar con la que está cayendo en Catalunya.
Esta polémica que la NBA no ha podido superar aún, ha vivido un nuevo episodio cuando Lebron James ha criticado la inoportunidad e inconveniencia de Morey al hablar sobre esta materia sensible. Lebron lo ha hecho en primera persona al haber vivido en China con los Lakers y los Nets el apagón televisivo y una situación de tensión innecesaria cuando precisamente estaban para jugar dos partidos pretemporada y concebidos como promoción de la liga en el gigante asiático. No se trata de que la cartera esté por encima de los principios, en una convivencia siempre delicada en las grandes empresas de negocios que son clubes y ligas. Se trata de que el deporte penetra en países que no son como el propio, y no se trata de una prostitución. El fútbol está presente en Arabia e Irán, países que hasta ahora no permitían entrada a las mujeres a los estadios pero también el fútbol está moldeando la rigidez para nosotros absolutamente medieval de estos países hasta el punto de que esta temporada sí entran.
Las palabras de Lebron James son más sensatas que las de Morey por una sencilla razón. Lebron James ha dicho que es mejor no opinar sobre cosas sobre las que no tienes la suficiente información ni los conocimentos necesarios. Rápidamente los críticos de James se han arrojado sobre su figura. Sus palabras pueden no gustar a algunos en Hong-Kong (quemaron fotos suyas), pero James no les ha negado a ellos ningún derecho ni les ha dicho que su causa no sea justa, ni lo contrario, ha dicho que no puede tener una opinión claramente formada porque este asunto le desborda que se diría en lenguaje Marcheniano (juez Marchena).
La sensatez de Lebron ha merecido seguramente las críticas más injustas que ha recibido en toda su carrera el hoy jugador de Los Ángeles Lakers, ya se sabe que cuando se crea un estado de opinión la realidad poco importa, si una corriente de opinión ha adoptado una postura todo lo que se aparte de la misma es demonizado; poco importa la realidad o la prudencia del protagonista en este caso, por más que esté apelando al sentido común, entonces debe ser castigado por mercenario, por no abanderar la lucha por la libertad y la democracia. A Lebron le llaman vendido y poco comprometido, repito a Lebron.
Olvidamos que son jugadores, que son deportistas, no son políticos, ni economistas, ni filósofos, ni juristas, ni periodistas ni… pero sobre todo olvidamos algo aún mucho más importante, si algo no se le puede llamar a Lebron James es falto de compromiso. ¡Lebron! que se ha enfrentado a políticos y comunicadores por la comunidad afroamericana, al mismísimo presidente de Estados Unidos en defensa de los afroamericanos y contra el racismo de su sociedad, que ha abanderado la igualdad de oportunidades, que ha construido un centro educativo en su ciudad natal para asumir la tutela de centenares de menores en riesgo de exclusión social y que tengan una educación de calidad.
Lebron James puede gustar o no, puede tener tantos admiradores como detractores, es el precio de la grandeza y también de la arrogancia, pero es ofensivo que reprochen a Lebron ser menos comprometido incluso que Michael Jordan, porque no nos engañemos, el más grande de todos los tiempos jamás trabajó por su comunidad. Fue, es y será un icono, es el más grande, es la liga, es la NBA podríamos decir casi, es el gran artífice de la NBA como fenómeno global, es el ídolo de millones de personas y siempre lo será, pero nunca tuvo la implicación social de Lebron James.
Por lo tanto los valores que transmitió son otros, igualmente valiosos, de perfección en el juego, de superación personal, de mentalidad ganadora, de filosofía de vida, muchas cosas, pero si nos preguntamos en qué consiguió hacer mejor su comunidad encontraríamos pocas respuestas. Justo lo que sí es Lebron James, un referente. De ahí que la campaña de críticas en su país hacia su ecuanimidad sea una aberración.