Doncic, un reinado por comenzar
Las cámaras le buscaban y sus rivales querían detenerse ante él. Todos los jugadores de los Clippers querían pararse a charlar con él, principalmente Paul George, honrarle, aconsejarle o simplemente bromear con el gran protagonista. Es una forma ritual de honrar al rival al que admiras o que ha brillado en la serie. El crack derrotado, segundos antes se pegaban con él (es una forma de hablar).
Y Luka Doncic era el objetivo de todos porque su segunda aparición en los playoffs de la NBA ha vuelto a ser estelar. Ocurre sin embargo que Doncic está en un equipo muy limitado, o no tan bueno como se creía cuando Mark Cuban consiguió juntar en Dallas a Kristaps Porzingis y Luka Doncic, éste el gran acierto de los Mavs como relevo generacional y jugador franquicia del mítico Dirk Nowitzki. Dallas escogió bien, si había un jugador sobre el que construir una nueva cultura ganadora, un nuevo equipo que peleara por el anillo, escogió al mejor, al madridista Luka Doncic.
Las cosas sin embargo no tienen por qué salir como has planeado, o tan pronto como quisieras. Por alguna razón el plan no es tan perfecto como pareció, sencillamente porque Kristaps Porzingis ha sufrido mucho en su físico y ahora mismo no es el jugador que era o parecía cuando llegó procedente de los Knicks.
Sin el acompañamiento anotador de Porzingis, Dallas Mavericks va justito para competir con los mejores y se puede dar por bueno el resultado de jugar el playoff. Doncic es generador y anotador perfecto, por su capacidad para anotar y por el baloncesto que lleva en la cabeza, pero no basta. Está muy solo, y consciente como era de que se trataba de un séptimo partido, aún emprendió más en solitario su carrera por la victoria. Pero ni siquiera Jordan podía hacerlo todo, nadie puede. Un jugador puede anotar mucho pero ante un buen equipo tiene pocas posibilidades. No es lo mismo aparecer en los momentos importantes que aparecer todo el rato, no es lo mismo sentenciar al rival en el momento de la verdad que ir machacándolo todo el partido. Al final la gasolina se acaba. Fuera porque confía mucho en él o porque confía poco en otros compañeros como el letón, Doncic asumió mucho peso en el encuentro y trató de hacer casi todo.
Ante unos Clippers en condiciones más o menos normales eso no tiene futuro. Los Ángeles Clippers a pesar de su irregularidad y de alguna ausencia como Ibaka o Beverley, son un buen equipo y tienen a uno de los jugadores definitivos de la liga. Si tienen que jugarse un partido, una serie, una final, un título, ¿dudarían en darle el balón a Kawhi Leonard? seguramente no.
Pero Leonard tiene, además de la virtud de su juego en ambos lados de la cancha, la suerte de saber algo que Doncic no sabe, que tiene en quién confiar en su equipo.
Doncic ha hecho mucho en un equipo que da para poco se dirá, y seguramente es así. Sólo cinco jugadores incluyendo al esloveno llevaron peso anotador en el séptimo partido en Dallas, por siete jugadores en los angelinos, que además jugaban en casa. Había que sorprender por algún lado y Carlisle probó con un quinteto muy alto para ganar la partida con la visión de Doncic, su amenaza constante desde fuera o la alternativa del poste Marjanovic, y por momentos fue bien. El esloveno se marcó un primer cuarto antológico con 19 puntos y una serie de tiro casi inmaculada.
Luka Doncic afrontó el séptimo partido como los buenos estudiantes afrontan un examen, dispuestos a divertirse con su conocimiento. Saben que saben y quieren pasárselo bien. Ni siquiera se puede decir que el esloveno se lo tomara como un examen, más bien como una prueba con la que disfrutar. Los jugones son así, además de sonreír quieren pasárselo bien. Si competir como una fiera le provoca diversión al bueno de Doncic no había motivo para cambiar eso.
Estaba más serio después en su explicación tras el partido, la sensación de fracaso por no haber pasado de ronda. No pone excusas, le pagan para ganar partidos y aún no sabe lo que es pasar de ronda en el playoff. No se queda con la increíble estadística ni sus grandes actuaciones en la serie, en la que ha promediado 35 puntos, 10 asistencias y 7 rebotes, con un 41% en el tiro de tres.
Luka ha perfeccionado el paso en retirada desde la línea de tres como un auténtico maestro. Pero ya sabemos que no sólo es un tirador y que hace de todo. Su falsa lentitud y su apoyo en el cuerpo, en eso se parece a Lebron pero con más finura, en lo que Lebron es contundencia en Luka es más sutileza a la hora de apoyarse en su cuerpo, y domina el arte del engaño como pocos. El rey de las fintas, con balón o con el cuerpo. Doncic te puede destrozar desde todas las distancias y los rivales lo saben, también en el cuerpo a cuerpo. Hacen falta muchas ayudas, pero si luego no hay suficientes amenazas en otros lados de la cancha se agota el caudal Doncic.
Luka Doncic tiene aún techo invisible, nadie sabe a dónde puede llegar, pero para ello algo tendrá que cambiar el plan en Dallas Mavericks que parece estancado y plantea interrogantes sobre si el segundo anotador va a ser Porzingis o el letón acaba saliendo de Dallas. En todo caso, la participación de Luka esta temporada ha concluido y eso hace algo menos divertido y mágico el playoff.