¿Sabías que los gatos también tienen acné? - El Dogtor

¿Sabías que los gatos también tienen acné?

Sí… pero con algunas diferencias con respecto al que todos conocemos, padecemos o hemos padecido.

En esencia, el acné felino es una alteración (inflamación) del folículo piloso, que comúnmente es invadido por microorganismos. Pero, la etiopatogenia es totalmente diferente entre el «nuestro» y el de nuestros «gatitos» (en perros también puede presentarse, pero es menos frecuente):

La influencia hormonal es nula en el desarrollo del acné en el gato, y prácticamente anecdótica en el mismo proceso en el perro. Una de las causas más importantes de aparición de acné felino es el aumento de la actividad de las glándulas sebáceas (y sudoríparas), fundamentalmente de la barbilla. ¿La barbilla? Si… como te explicaré unas líneas más abajo, esta es la zona más afectada por este cuadro.  ¿O es que creías que tu gato se iba a llenar de granos? 😀

¡Ojo con las infecciones por hongos en viviendas con varios gatos! Suelen ser dermatofitos (causantes de la tiña), y suele ser una causa primaria (lo corroboran varios estudios) cuando se presenta en varios gatos a la vez.

Realmente, en este artículo, haré referencia al cuadro clínico producido en el gato, debido a que es más frecuente su presentación

¿Cuáles serán los síntomas del acné felino?

Dependiendo de la gravedad o intensidad del proceso, puede aparecer en forma de puntos negros (comedones) en la barbilla, fundamentalmente (aunque también pueden aparecer en los labios, la base de la cola o los párpados).

Detenidamente, puede producirse:

1.- Acentuación del ostium folicular (orificios de la piel por donde emergen los pelos, que se hacen más visibles) y formación de lesiones en forma de pápula. La zona se palpa un tanto engrosada.

2.- Comedones o puntos negros (más del 55% de los gatos empiezan a manifestar el proceso en esta fase), que pueden acompañarse de una coloración amarillenta-marronácea varios días antes de la aparición de los mismos . También: costras, eritema (o enrojecimiento) en la zona e hinchazón.

3.- Foliculitis: la zona afectada se muestra muy inflamada, con numerosas pápulas y pústulas

Y, si… el asunto puede complicarse con una infección bacteriana del folículo piloso (forunculosis bacteriana). Si bien no es un cuadro lesional que cause con dolor ni prurito, en caso de instauración de dicha infección, el gato afectado puede mostrar dolor. Otros signo muy común es la pérdida del pelaje de la zona.

¿Se trata de un problema crónico?

No tiene por qué. Los gatos pueden sufrir acné felino de manera ocasional, pero puede convertirse en un problema recurrente o cronificarse en el tiempo. La frecuencia y la severidad de cada cuadro clínico varía individualmente.

¿Cómo se diagnostica el acné felino?

Generalmente, el propietario del animal afectado acude a consulta refiriendo alguno de los signos anteriormente mencionados (alopecia e inflamación de la barbilla, mayoritariamente).

Una vez en la clínica, el veterinario podrá realizar una serie de pruebas para poner «nombre y apellido» al proceso, mediante diversas pruebas. Entre ellas: raspados cutáneos, cultivos fúngicos y bacterianos o biopsia (en caso de que lo anterior no sea de utilidad diagnóstica). Todas estas utilidades dermatohistopatológicas (y sus hallazgos) permiten diferenciar el acné felino de otras patologías dermatológicas que cursan, a priori, con una «apariencia» similar.

¿Tiene tratamiento?

Afirmativo. Y con un pronóstico bueno, pero… hay que tener en cuenta que si el proceso es crónico o recidivante, tu gato necesitará un tratamiento de por vida o para controlar los brotes de acné felino, respectivamente.

Protocolo terapéutico estandarizado (con bastantes similitudes con respecto al del tratamiento del acné humano):

  1. Antibioterapia (ej.: amoxicilina-clavulánico, cefalosporinas…) para el tratamiento de la infección bacteriana secundaria (si la hay), durante 2-3 semanas.
  2. Depilar pelos circundantes a la zona afectada, aplicar compresas de agua templada, y limpieza diaria y meticulosa con preparaciones (o champús) de ácido salicílico o peróxido de benzoilo (hasta resolver el problema)
  3. Aplicación de productos tópicos coadyuvantes (ej.: crema/lociones de mupirocina)
  4. Vitamina A (diversos estudios manifiestan efectos muy beneficiosos en el tratamiento de casos refractarios)

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