Lenguaje para dibujar la belleza - Excelencia Literaria

Lenguaje para dibujar la belleza

Pablo de la Lastra

Ganador de la XVIII edición

www.excelencialiteraria.com

 

En clase de Filosofía estamos estudiando distintos aspectos del comportamiento humano. Simpatizo con la teoría de Aristóteles, que distingue al hombre como un ser social por naturaleza. Pienso en mí: cuántas veces me he sentido solo y he buscado la compañía de un familiar, la conversación de un amigo, la sonrisa de un conocido… Necesitamos a los demás. Y para hacerlo realidad, utilizamos el lenguaje como medio de relación.

Nuestros antepasados de la prehistoria, cuando se detenían a contemplar las puestas de sol en las playas, los amaneceres en las montañas, los animales que correteaban por el bosque… necesitaron expresar el asombro que les causaban semejantes maravillas. De ese modo -así me gusta pensarlo- surgió la palabra, como una forma de dar voz a la belleza, de contar y compartir aquello que sorprende, que cautiva. Aquellos clanes, tribus, pueblos y sociedades fueron dando cuerpo a lo que veían y sentían. ¿Fue aquel el nacimiento de los idiomas y dialectos? Según un poeta, <<El lenguaje es el vestido del pensamiento>>.

Fruto de expresar aquello que atrapan los sentidos, nació la escritura, que es la manera de eternizar lo que se piensa y dice. ¿Quién no se ha quedado embobado mirando un párrafo sin leerlo, sorprendido por la forma y contorno de las letras? ¿Quién no ha disfrutado del olor de un libro nuevo? ¿Quién no ha buscado una página del diccionario al azar, para investigar entre la cantidad de palabras que existen y sus múltiples acepciones. U hojear (que no ojear) un libro para ver de forma rápida la masa ingente de la tinta. O al llegar al punto final de un buen texto, ha deseado volver a la primera línea. No tengo duda de que lo que más nos enriquece no es el dinero, sino la Lengua

Puede que la mía sea una postura idealizada. Qué importa. Creo en que el lenguaje es fruto de la belleza más que de una necesidad utilitarista. Hice una prueba con un amigo: decidimos escribir todas las palabras que hiciesen mención a algo feo o desagradable, y hacer lo mismo con aquellas que se refieren o califican algo bonito. Para nuestra satisfacción, son muchos más los términos que dibujan las cosas atractivas, razón de más para convencerme de que el origen de la palabra nace del asombro ante la belleza.

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