Noticias de papel
Óscar Sakaguchi
Ganador de la XVIII edición
www.excelencialiteraria.com
Uno jamás daría a conocer sus secretos más íntimos en un espacio lleno de rigurosidad académica, como lo es el salón de clases de la universidad. La confianza y las grandes nuevas están para los pasillos. Quizá por eso, es habitual que los alumnos se paseen por ellos de las más variadas maneras: en pijama, llorando, con cigarrillos sin encender en la boca, con bigotes falsos, vestidos junto a sus amigos como la pandilla de Scooby-Doo… Aunque la falta de pudor se haya hecho costumbre, algunas de las conductas que pueden verse en los pasillos de la facultad me siguen sorprendiendo. Ni pijamas ni lágrimas, por ejemplo, impactan tanto como un universitario leyendo un periódico en papel. Las razones parecen claras: por un lado, los diarios en papel parecen extintos. Por el otro, a los jóvenes ya no les interesan las noticias.
Si yo aceptara que dichas razones son ciertas, mentiría. O, por lo menos, caería en la trampa de las apariencias. Basta echar una mirada rápida a las ganancias de las principales cabeceras mexicanas para advertir que la primera de esas razones está equivocada, pues más del ochenta por ciento de sus ingresos proviene de la publicidad y de la circulación de sus ediciones impresas. Las versiones digitales pesan, pero aún no han terminado de ocupar su lugar. El futuro del periódico mexicano y el de muchas otras partes del globo seguirá vinculado al papel, al menos por unos años.
Por otro lado, afirmar que a los jóvenes no nos interesan las noticias es pretender arrebatarnos nuestra naturaleza, pues todo ser humano desea enterarse de lo que sucede a su alrededor. La historia, sin ir más lejos, nos muestra el ahínco con el que las sociedades han luchado por el conocimiento y la libertad de expresión. Querer saber es natural porque, sencillamente, es una necesidad.
Lo que sucede en estos tiempos es que los jóvenes ya no nos informamos por medio del papel sino por las redes sociales. Para las generaciones que hemos nacido en la era digital, el periódico es un objeto fuera de tiempo. ¿Para qué molestarse en comprarlo si las noticias me llegan gratuitamente y en directo al celular? ¿No es mejor enterarse de lo inmediato a través de X, que darse un paseo hasta la esquina de una avenida para comprar un diario que sólo trae las noticias de ayer? El Digital News Report, de 2023, realizado por la agencia Reuters y la Universidad de Oxford, llega a la conclusión de que los jóvenes preferimos buscar las noticias en las redes sociales que en las versiones digitales de los periódicos.
A pesar de todo, el ejercicio es casi el mismo. Así como en 1958 los jóvenes de Caracas leyeron en el periódico que el dique de la Mariposa se estaba quedando sin agua, los jóvenes de la Ciudad de México abren hoy Instagram para saber que el Sistema Cutzamala debe reducir la presión del agua que se envía a la ciudad, para que los ciudadanos no nos quedemos sin abasto el próximo mes de abril. Y así como los jóvenes caraqueños ignoraron la advertencia y dieron vuelta a la página, los mexicanos deslizamos la pantalla hacia arriba y olvidamos el post.
Los medios son distintos, pero ni uno ni otro ofrecen medidas para evitar que se acabe el suministro de caudal. Los elementos superficiales pueden cambiar, pero lo sustancial persiste. Es decir, lo que persiste es la información y la indiferencia. Es como si la historia se repitiera, aunque sólo podremos comprobarlo al final del mes de abril, cuando los jóvenes sintamos estupor ante la desesperación de los perros, los gatos y las ratas, cuando salgan a las calles muriéndose de sed.