La (Verdadera) Resistencia - Excelencia Literaria

La (Verdadera) Resistencia

Francisco Javier Merino

Ganador de la X edición

www.excelencialiteraria.com

 

Resistencia (RAE): conjunto de las personas que, generalmente de forma clandestina, se oponen con distintos métodos a los invasores de un territorio o a una dictadura.

Se ha instalado en nuestro imaginario colectivo, entre amnistías y mascarillas, un debate llamativo sobre la conveniencia, o incluso la ética, de que se ponga en marcha un programa de humor en el prime time de Televisión Española. El debate, en realidad, no versa sobre el programa en sí, de nombre “La Resistencia”. Trata sobre la justificación de su coste: veintiocho millones de euros para las arcas públicas.

Pero lo más llamativo no es el coste, sino el nombre del programa. ¿Qué es esto de llamar “La Resistencia” (véase la acepción de dicha palabra en el comienzo de este artículo) a un programa en el que un cómico reconocido entrevista a invitados requeteconocidos? ¿Qué tiene de oposición a un régimen un programa de televisión que se financia a través del régimen (democrático, por supuesto, aunque haya quien lo ponga en duda)?

Quisiera ir más allá. Si en este caso entendiéramos por resistencia a un espacio televisivo alternativo que se subleva contra las convenciones, quizás cabría esperar durante las entrevistas anunciadas preguntas rebeldes, filosóficas o como quieran llamarlas. Que si de dónde venimos, que si a dónde vamos o que si cuál es nuestra opinión acerca del sistema actual. Pero quien espere este tipo de cuestionamientos, me temo, no debería ver “La Resistencia”.

Las dos preguntas comunes del programa. De hecho, son siempre las mismas: “Dinero en el banco” y “relaciones sexuales en el último mes”. Que nadie se eche las manos a la cabeza; no seamos ingenuos pensando que nuestra sociedad (al menos, buena parte de la misma) no se sienta a ver estos programas y otros realitys con la curiosidad de saber exactamente eso, con quién se acuestan los personajes famosos y cómo de pobres somos en comparación con ellos.

Lo cierto es que el nombre del programa no me convence. Sí me gusta más el apellido de su presentador, que trae consigo un mensaje claro para este tiempo tan polarizado en el que vivimos: Bronca-no.

Bronca no. Y bromas tampoco. Así que, volviendo a un tono más serio, sorprende la argumentación de la que se ha hecho uso para repudiar que por este programa, Televisión Española vaya a pagar esos veintiocho millones que, quizá, se podrían haber empleado en la lucha contra la ELA.

Resistencia (RAE): capacidad para resistir.

No seamos ingenuos ni populistas. Los millones que se van a emplear en comprar este espacio nunca se destinarían a la investigación contra esa enfermedad. Más que nada porque, desgraciadamente, nuestros políticos no se sienten concernidos por este tipo de dolencias, por lo menos mientras no les vayan los votos en ello, por muchos rapapolvos que les den a sus señorías en el Congreso Juan Carlos Unzué y otros luchadores contra la ELA. Ellos sí que son La (Verdadera) Resistencia.

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