‘La Verdad’: El aclamado cineasta japonés, Hirokazu Kore-Eda, convence, otra vez, con un vibrante drama familiar
¡Mis queridos palomiteros! ‘La Verdad’: Hirokazu Kore-Eda convence con un vibrante drama familiar. El laureado cineasta japonés de 57 años revalida su talento en su última película, que llegará a los cines españoles el 25 de diciembre de la mano de Golem. Recientemente hemos tenido oportunidad de entrevistar a su director en Madrid.
La película sigue las desventuras de Fabianne, una aclamada actriz del cine francés, amada y alabada por todos los hombres que llegaron a formar parte de su vida. Cuando publica sus memorias, su hija Lumir, que se marchó a Estados Unidos para huir de su autoritaria madre, vuelve a Francia con su marido y su hijo pequeño. La reunión pronto se convertirá en confrontación.
El maestro Kore-Eda, aplaudido en Cannes el año pasado, cuando recibió la Palma de Oro a la mejor película por su trabajo en Un asunto de familia, analiza con tiento el significado de la familia unida -se ha convertido en un especialista, que sabe indagar en el tema con precisión de bisturí- y el relevo generacional, además de explorar el mundo de la interpretación y los egos al uso.
‘La Verdad’: Hirokazu Kore-Eda convence con un vibrante drama familiar
Por su parte, causan gran impacto las actrices que llevan el peso del drama, Catherine Deneuve, la gran dama del filme -acapara los mejores momentos- y Juliette Binoche, que interpreta a su hija. Ambas forman un perfecto tándem, muy bien definido en sus roles, al que se le podrían encontrar similitudes con En el estanque dorado (Mark Rydell, 1981) o con Todo sobre mi madre (Pedro Almodóvar, 1999).
Y, en concreto, de esta última película, Fabianne podría ser, perfectamente, la inestable Huma Rojo, con quien comparte carácter e indiferencia. Las divas como Fabianne son seres que ponen en primer término su yo más genuino, después está el resto. En cierta medida a ella le ocurre como a Norma Desmond en esa maravilla fílmica de Billy Wilder, El Crepúsculo de los dioses (1950).
Además, La Verdad -el filme no rehúye de la mentira piadosa- goza de ritmo, resulta muy fluida en los diálogos y en las acciones. Por no decir que es muy expresiva, tanto por su puesta en escena -con ecos de Bergman, aunque con el sello del cineasta japonés- como por el talento del elenco.
Estamos ante un autor definitivo en la Historia del Cine
También se aprecia que Kore-Eda es un gran director de intérpretes y narra un drama familiar, una fábula en la que sabe revertir los comportamientos más irascibles del ser humano hasta conseguir una feliz historia, con moraleja, de esas veces en las que uno tiene muchas ganas de más.
Otro de los aspectos llamativos del filme es cómo introduce el humor para descafeinar el drama, pero sin quitarle todo el realismo que, precisamente, lo hace más auténtico. Simplemente estamos ante un autor definitivo en la Historia del Cine. Ustedes deciden.