‘Lejos del mundanal ruido’ he encontrado mi lugar para ser independiente y respetada, a pesar de los obsoletos convencionalismos
¡Mis queridos palomiteros! ‘Lejos del mundanal ruido’: Buen drama romántico de Thomas Vinterberg. El director danés (La caza, 2012) -co-fundador del movimiento cinematográfico Dogma95– lleva a la gran pantalla la adaptación homónima y libre de una de las historias más enjundiosas sobre la búsqueda de la independencia femenina, escrita por el inglés Thomas Hardy en 1874.
Se trata de una película suficientemente soportable por un espectador medio, para tratar de mostrar el ese difícil papel de la mujer emancipada en la sociedad inglesa rural.
Por su parte, la aventura sigue la historia de la bella, independiente y obstinada Bathsheba Everdene, que atrae a tres pretendientes muy distintos: Gabriel Oak, un ganadero ovino cautivado por su atractiva terquedad; Frank Troy, un apuesto y temerario sargento, y William Boldwood, un próspero y maduro soltero.
Este sempiterno relato de las opciones y las pasiones de Bathsheba, examina la naturaleza de las relaciones y del amor –como ocurre en Expiación-, así como la capacidad humana de superar dificultades por medio de la resistencia y la perseverancia.
‘Lejos del mundanal ruido’: Buen drama romántico de Thomas Vinterberg
No obstante, si algo se echa en falta en la película -llevada también a la pantalla en 1967 a las órdenes del oscarizado director inglés John Schlesinger (Cowboy de medianoche, 1969)- es la aparición de un narrador en tercera persona que, por momentos, consiga reflejar con palabras lo que los actores y las elipsis no son capaces de transmitir con las imágenes.
Pese a ello, la fluidez narrativa de Vinterberg contrarresta la ausencia de esa supuesta voz en off y aporta la melancolía de una feliz decepción que se transmite con la inestimable ayuda de un rostro tan hermético y subyugante como el de Carey Mulligan, una actriz, por cierto, que en el plano personal está muy ligada a las causas solidarias.