El héroe contemporáneo viaja en un ‘Gran Torino’ y se llama Clint Eastwood

¡Mis queridos palomiteros! ‘Gran Torino’: Para Clint Eastwood la familia y el amor son lo primero. A los 78 años rodó en 2008 una de sus películas más celebrada por espectadores y crítica. De esta manera se convertía en uno de los mejores cineastas de todos los tiempos. Quizás mejor director que actor, sigue trabajando cuando muchos de sus colegas han dejado la profesión.

Tras el éxito de El intercambio vuelve con otro peliculón, que dirige y protagoniza, y con el que finaliza, según dice, su etapa como actor, promesa que no ha cumplido dado que después le hemos visto, por ejemplo, en Mula, lo cual me ha encantado.

Gran Torino narra la vida de un anciano gruñón, jubilado tras cincuenta años trabajando en una fábrica automovilística, que acaba de quedarse viudo.

Incapaz de comunicarse con sus hijos y su nieta, se siente incómodo en un barrio de pandillas conflictivas: orientales, latinos y afroamericanos. También tiene prejuicios contra sus vecinos, de etnia hmong, que él identifica con los orientales contra los que combatió en Corea.

‘Gran Torino’: Para Clint Eastwood la familia y el amor son lo primero

Vive anclado en un pasado simbolizado en su coche, un Ford Gran Torino de 1972, que mantiene reluciente como el primer día. Una noche impide que lo robe Thao, uno de sus vecinos, un tímido adolescente presionado por su primo pandillero.

Después de tres películas en las que no actuaba (Banderas de nuestros padres, Cartas desde Iwo Jima y El intercambio), Eastwood ha dado con un guión que le va al pelo, pues su personaje refleja muy bien cómo hubiera sido Harry el sucio o cualquiera de sus personajes una vez jubilado.

Retoma asuntos muchas veces indagados, como la redención, la violencia, el choque cultural, las relaciones familiares difíciles, etc. Incluye esta vez varios golpes de humor y filma con un estilo clásico y un ritmo ágil.

Todos los personajes están bien dibujados e interpretados, lo cual certifica su acierto en la dirección. Pero donde se luce es al explorar la relación entre su personaje y Thao. El chico aprende del anciano a comportarse como un hombre, a buscar trabajo y a relacionarse con los demás.

Por otro lado, Gran Torino refleja otra vez la visión que tiene Eastwood del mundo, cruel e injusto, donde el individuo se ve abocado a un final trágico. Pero como en otras de sus películas, por el camino es posible encontrar a personas capaces de sacrificarse y apoyar a los suyos. Por tanto, una película con “miga” que no muestra un panorama sólo crepuscular.