Antonio Ansón publica en Cátedra ‘Ojos que no ven’, visceral y lúcido ensayo sobre la fotografía sin pelos en la lengua
¡Mis queridos palomiteros! ‘Ojos que no ven’: Lúcido ensayo fotográfico de Antonio Ansón en Cátedra. La prolífica y prestigiosa editorial Cátedra –de la que a menudo damos cuenta desde este mismo espacio– ha lanzado un ensayo, con la fotografía y la historia de la fotografía como telón de fondo, que realiza un recorrido sobre sus luces y sombras con gran clarividencia y sentido crítico, que es el motivo por el que me ha entusiasmado el trabajo del reconocido escritor, poeta y divulgador de este lenguaje tan universal del que es un acreditado experto.
No en vano es autor de interesantes estudios como Rafael Navarro: el ciclo oferente (2002), El ruido y la lira. Poetas franceses performers: Artaud, Luca, Tarkos, (2011), Masats Buñuel en Viridiana (2017) o Hijos del agobio. Memoria y desmemoria de la guerra en la fotografía española contemporánea (2019), entre otros.
‘Ojos que no ven’: Lúcido ensayo fotográfico de Antonio Ansón en Cátedra
Las imágenes, desde sus orígenes, estuvieron ahí para contar historias, acompañadas siempre de palabras, en ocasiones escritas, otras imaginadas por el espectador, desde los petroglifos de los hombres-perro en el desierto de Libia a los dibujos de Jean-Jacques Lequeu. Y así ocurrió hasta la Revolución Industrial, la conquista del mundo por las máquinas. La cámara fotográfica fue una de esas máquinas que cambió nuestro modo de ver, vivir y hacer literatura.
A partir de entonces las imágenes y las palabras renunciaron al relato, a llevarnos a ningún otro lugar que no fueran las propias imágenes y las mismas palabras, en su color, materia, espacio, forma, sonido, dando lugar a imágenes y palabras ensimismadas. Las vanguardias escenificaron por primera vez este cambio de paradigma que ha determinado la práctica artística hasta la actualidad.
De esta manera, nada hay escrito porque sí en Ojos que no ven. A cada planteamiento viene enseguida una relación de otros trabajos y autores y formas de expresar este arte, de manera que poco a poco se va tejiendo una enjundiosa historia trufada de tendencias, estilos y formatos que, en sí misma, ya es una excelente declaración de intenciones. Y es que a sus 63 años, el autor zaragozano Antonio Ansón sabe muy bien cómo expresar lo que siente cuando está tras el objetivo.
Está claro que su condición ya mencionada de poeta y de fotógrafo le confiere una forma de ver la vida como pocos, de examinar el mundo y la sociedad desde lo que dicen las imágenes. Un proceso diría que adictivo, porque a pesar de que sus 200 páginas son densas, el volumen consigue mantener la atención y el interés durante su lectura.
A cada capítulo, el ejemplar da más. Será que servidor, contagiado por la cultura de las artes escénicas y el cine, principalmente, Ojos que no ven regala puntos de vista apenas frecuentados en la historia de la fotografía, que completa aún más mi condición de periodista cultural, inquieto por todos estos territorios por los que transito cómodamente. Además, Ojos que no ven no solo me enriquece a mí, sino a cuantos se hagan con el ejemplar, que no es un libro comercial, ni si quiera al uso. Incluso tampoco es una rara avis.
Es, tan solo, una vivificante y entusiasta puesta de largo sobre la imagen y todas las posibilidades que tiene de pronunciarse en cualquier ámbito. Ayuda a su lectura, tras de lo ya expuesto, la sencillez de sus planteamientos y el entusiasmo de su autor por las grandes preguntas: “¿En qué medida una imagen es capaz de significar por sí misma sin la necesidad de una narración que la acote y la haga hablar?”. Y las elocuentes afirmaciones: “Lo artístico de la fotografía no es una condición sino una consecuencia”.
Por su parte, el trabajo Ojos que no ven, subtitulado Sobre las palabras y las imágenes y estructurado en dos grandes partes, a saber, Palabras e imágenes y La fotografía como argumento -cada una de ellas de siete capítulos- se completa con una amplia bibliografía que reúne, además de títulos españoles, referencias de autores en italiano, francés e inglés.
Por todo lo dicho, recomiendo la lectura del ejemplar que ayudará a explorar con otros ojos el maravilloso mundo de la imagen.