Manuel Azaña: tallo sin espinas de Os Rosales
Calle Manuel Azaña. Comienza en la Ronda de Outeiro y termina en la Plaza Elíptica. 68 números. 650 metros. 15011. Entramos a Os Rosales por su tronco principal.
No hay constancia de que Manuel Azaña pasase cerca de este barrio en alguna de las cinco visitas que el político y escritor realizó a nuestra ciudad. Y es que la historia de Os Rosales es mucho más reciente que la realidad que vivió el presidente de la II República. En 2018, el más viejo de los barrios nuevos de A Coruña cumple 25 años.
Fue en 1993 cuando se colocó la primera piedra de aquella “Ciudad Nueva de los Rosales”, esta urbe que nació detrás de Labañou. Del puzzle desdibujado de recuerdos sobre casas bajas, tierras o monte que narran los vecinos, nada queda, y la calle Manuel Azaña es una perfecta muestra de un barrio que encontró su identidad en las grandes dimensiones.
Grandes bloques con soportales
Tras dos enormes torres de 60 metros de altura y 21 pisos, se abre el tallo de un barrio que desde el aire parece una rosa. Esta ancha calle con sabor a avenida está dividida en dos por una mediana con árboles de gran porte, zona de paseo y bancos.
Aquí no hay edificio pequeño, y menos mal que se diseñaron con soportales para resguardarse de la lluvia… y del viento. Porque en esta calle sopla con fuerza. En los bajos, no faltan negocios de todo tipo, desde los hosteleros a oficinas o clínicas. Lo único que echan en falta los residentes es un supermercado mediano. La compra diaria se reparte entre los ultramarinos o el «Pryca» nombre con el que muchos se refieren todavía al Centro Comercial de Os Rosales.
Zona 30, solo sobre el papel
Hasta aquí llegan las líneas de bus 3, 3A, 12 y 14 y hay una parada de Bicicoruña en el cruce con Emilio González López. La base ciclista se usa más para salir del barrio que para entrar, por aquello de las cuestas.
Manuel Azaña está señalizada como zona 30, y de hecho Os Rosales fue, tras Adormideras, el segundo barrio de la ciudad en ser declarado zona de preferencia peatonal. Pero la velocidad no se respeta, según relatan los vecinos. El número de atropellos en Manuel Azaña se vio incrementado por el mal estado de los pasos de peatones, una cuestión que está en vías de solucionar. Y es que estos días, por encima del viento, aquí suenan las máquinas que participan en las obras para renovar el asfalto y cambiar parte del mobiliario. Unos trabajos que, por cierto, se llevaron por delante los rosales que estaban plantados al principio de la avenida.
Barrio tranquilo e intergeneracional
Manuel Azaña es, sin duda, una zona tranquila, con mucha gente joven pero también mayores que escogieron -algunos desde la emigración- comprar un piso en esta zona en un momento de precios asequibles. Años después, no se arrepienten y Os Rosales parece uno de los barrios con la Felicidad Interior Bruta más alta de la ciudad. La proximidad al mar, a parques o servicios como el centro cívico y la biblioteca ayudan a este sentimiento.
18 años al lado de Manuel Azaña lleva la parroquia de Os Rosales. 10 de ellos con el templo actual. Por eso, conoce bien a sus vecinos Antonio Rodríguez, párroco de Os Rosales, con el que hemos hablado en COPE Coruña: