Wedding planner: cuatro razones para contratar este servicio
¿Vas a casarte y no sabes si contratar una wedding planner? Sé lo que estás pensando ¿Más gastos con todo lo que cuesta una boda? Puede que tengas razón, pero es probable que esa inversión en wedding planners te salve la vida en muchas ocasiones. Y al final, agradecerás haber preferido gastar ese dinero en este servicio que en otra cosa “menos importante” para vuestra boda. Así, evitaras darle esa gran responsabilidad a uno de tus familiares o a alguna amiga.
“Muchos novios nos han dicho que su madre organizó su boda”, cuentan desde Peonías Eventos. María y Patricia son wedding planners en esta empresa y son conscientes de que “el nivel de detalle que se busca hoy en día las bodas, ya no es como antes”. Hace años podías ir a una boda y tan solo había el “banquete y poco más”, afirman. Ahora todo eso ha cambiado. Nada es igual y las bodas han alcanzado otro nivel. Por eso, desde Peonías Eventos dan cuatro razones, para plantearse tener una wedding planner:
- La decoración: mientras que antes, a lo mejor, no se le daba tanta importancia. Ahora, tener rincones decorativos se ha convertido en algo imprescindible en las bodas. Así lo confirman Patricia y María que aseguran que “les piden mucha decoración”.
- Otro motivo para tener una wedding planner es para coordinar el gran día. Un día en el que suceden muchas cosas. “Un día en el que viene mucha gente a formar parte de ese día, y como no esté todo un poco controlado, aquello es un caos”, aseguran las wedding planners.
- Para controlar el timing: “que se retrase la novia media hora al llegar a la boda, implica que todo vaya con hora y media de retraso”. Lo que es una pena “porque los novios pagan por un horario y un sitio que tiene hora de cierre”, explican. Por lo que, si en lugar de con cinco horas de fiesta, te has quedado con tres “es dinero que has perdido y que ya no se puede recuperar”. Por tanto, el timing es algo muy importante que se tiene que respetar. Esos tiempos hay que seguirlos y marcarlos. Y cuando algo va mal de tiempo, tiene que haber alguien encargado de avisar de que las cosas se empiezan a retrasar.
- Para quitar de responsabilidades a los familiares: ese día es necesario gestionar muchas cosas. Incluso, después de la boda. “Ni los novios, ni su familia tienen por qué estar colocando nada. Ese día los novios tienen que estar con su familia, descansando”, recomiendan. Al final, estás colocando un pequeño marrón a alguien. A una persona especial que, evidentemente, va a decir que sí con toda la ilusión del mundo.
Y razón, no les falta. Una boda está para disfrutarla y estar con los seres queridos. Ya, de por sí, suele ser un día de bastantes nervios en el que los novios están atacados. “Y lo que menos les apetece es estar en la finca colocando detalles o viendo flores”, remarcan Patricia y María. Lo que quieren, al fin y al cabo, es estar totalmente libre de presiones. Y, ahí, es cuando entra en juego el servicio de un wedding planner.