¿Pagarías 375€ por probarte un vestido de novia?
Esta es la pregunta que se hacen las novias chinas, cuando acuden a la tienda de Shanghai de la diseñadora norteamericana Vera Wang. Toda clienta que quiera probarse un vestido de novia de su colección tiene que abonar el total de 375€. Este dinero se deduce del coste del vestido, si al final lo compran, o se pierde, en el caso de que no se lleven nada.
La razón por la cual se ha instaurado este protocolo de acción es muy simple. En China, uno de los problemas más grandes que tienen las firmas de lujo, son las copias y las falsificaciones. En muchas ocasiones, las «novias» se prueban los vestidos, se hacen fotos y después los mandan a fusilar a un taller local.
La diseñadora afincada en Nueva York es de ascendencia china y ha vestido a novias tan famosas como Kim Kardashian, Mariah Carey, Victoria Beckham, Jennifer Lopez y Kate Hudson.
Se entiende que si la novia está dispuesta a pagar esta cifra por probarse un vestido, lo que demuestra es su buena fe y su interés real en la firma. Ahora bien, si en la boutique de Shanghai consiguen frenar de esta forma no solo las falsificaciones sino también las clientas que solo entran por capricho a hacerles perder el tiempo, igual puede que se aplique en más tiendas, incluidas las de EEUU.