16. Desde el huerto, en Jara Helados y Cafés
Una mañana de verano en Badajoz, con la temperatura por encima de los 23ºC durante toda la noche, lo que se apetece de verdad es un helado. Y nada mejor que ir a desayunar a una heladería. Una planta tan extremeña como la Jara le da nombre a nade las Heladerías de nuevo cuño más solicitadas de la capital pacense. Su ubicación, en plena Plazuela de la Soledad, es una de las explicaciones… el trato y la calidad de sus productos, otra.
Dos torres emblemáticas presiden la Plaza de la Soledad. La ermita de la Patrona se corona con un templete de ladrillo rematado por una custodia y adornado con bellas piezas vitrificadas. La construcción se debe al arquitecto Martín Corral y data de 1935. En el hueco dejado por la primitiva Ermita, en 1930 y gracias al impulso de la familia Cancho se inaugura el bello edificio de la Giralda, obra de Adel Pinna. La Plaza es un ir y venir de transeúntes, visitantes, grupos turísticos, músicos que van al conservatorio, flamencos que bajan de la flamenquísima Plaza Alta…
Jara, allí en medio, nos propone algo fresquito. No es un helado… que tampoco estaría mal, pero es una tostada con hummus y una variedad vegetal que, en un principio, puede apetecer como entrante a una comida principal, aunque al probarlo, seguro que cambias de idea. El humus (una crema de puré de garbanzos cocidos con zumo de limón, pasta de tahina y aceite de oliva) le da untuosidad a la tostada, la suavidad necesaria para degustar la suerte de ensalada que lleva encima… hojas de espinaca, pimientos, tomates. Un bocado ligero y apetecible. Por cierto, con las pipas de girasol peladas y las aceitunas que se ofrecen como opción, la tostada, ya rica de por si, mejora hasta puntos insospechados.