DEPORTES CÓRDOBA

El Fantasma Onega: “pude haber jugado en el Granada, pero hubiera sido una traición al Córdoba”

El argentino, mejor jugador extranjero de la historia del Córdoba C.F., repasa su carrera en COPE: “me convencieron de fichar entre Campanero y Sívori"

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Onega, la leyenda de las botas rotas: “haber jugado en otro equipo en España hubiera sido una traición"

Toni Cruz González

Córdoba - Publicado el - Actualizado

12 min lectura

No resulta exagerado decir que Daniel Onega (17 de marzo de 1945) ha sido el mejor jugador extranjero de la historia del Córdoba C.F. El Fantasma, tal era su apodo, demostró su magia en un club que aspiraba con criterio a volver a Primera durante cuatro temporadas imborrables para quienes pudieron verle en acción. Definido por los que fueron sus compañeros de equipo como una mezcla de Zidane y Xavi Alonso, es todavía el mejor goleador argentino en Libertadores y el máximo anotador en cualquiera de las ediciones que se hayan disputado del mejor torneo de clubs en América. Su naturalidad y afabilidad aumentan la grandeza de su leyenda. No tiene reparos en atender a COPE desde Buenos Aires.

-Lo primero, ¿cómo se encuentra de salud y cómo está viviendo estos días de cuarentena?

-Por suerte, me encuentro bien de salud. Viviendo como toda Argentina en la cuarentena. Hace más de un mes que estamos en casa. No salgo para nada. Mi familia sale a hacer algunos mandados, pero yo no puedo hacerlo.

-Máximo goleador de la Libertadores en 1966 con 17 goles en 20 partidos. Cifra que no se ha conseguido superar. Una faceta, la de goleador, que fue dejando al margen conforme progresó en su carrera al ir retrasando su posición en el terreno de juego al centro del campo.

-Soy el máximo goleador de una Copa Libertadores, pero además soy el máximo goleador argentino en Libertadores. Esa cifra de 32 goles no ha sido superada. En todas las divisiones inferiores y mis primeros años jugué como número nueve tratando de ser el goleador del equipo, pero después de que River vendiera a mi hermano Ermindo que ocupaba la posición de enganche o media punta Ángel Labruna, que era el entrenador, me pidió que me retrasara unos metros y ocupara esa posición. Por suerte me fui bien y desde ese momento dejé de jugar de nueve y pasé a ser el “10” de todos los equipos que me tocó defender.

-El apodo de Fantasma se lo pusieron por un gol a un equipo peruano, ¿cierto?

-Me lo puso José María Muñoz, un gran relator de fútbol en Argentina -quizás uno de los mejores de la historia-. Fue ante un equipo peruano, el Universitario de Lima, pero en la cancha de River. Fue en una jugada en la que salimos de contragolpe después de un córner en contra nuestro y el puntero derecho nuestro llegó al fondo y tiró un centro y yo, que venía de defender desde el área nuestra, llegué sorprendiendo a la defensa de Universitario y con un cabezazo conquisté el gol. En ese momento José María dijo que yo entré como un fantasma porque ningún defensor peruano me había visto. Desde ese momento mucha gente del fútbol me llama por ese apodo.

- En River vivió partidos tan increíbles como aquella finalista ante Peñarol que perdieron tras ir ganando 2-0 y tras la cual pusieron a los Millonarios en Banfield el apelativo de “Gallinas” ¿Cómo fueron esos tiempos para usted en los que, además, compartió vestuario con su hermano El Ronco Ermindo?

-Nosotros no éramos ya “Los Caballeros de la Angustia”, esa fue una etapa anterior, cuando la Máquina. Ese partido ante Peñarol nos marcó mucho y como ya llevábamos mucho tiempo sin ganar títulos un gracioso tiró en Banfield una gallina con una banda pintada de rojo y quedó ese apodo de gallina porque llegábamos a casi todas las finales todos los años pero no podíamos ganar el título. Hubo muchas jugadas en algunos partidos muy dudosas que quedaron en la historia del fútbol como algo antideportivo con algunas relaciones de corrupción. Tuve la suerte de compartir varios años de vestuario con mi hermano Ermindo, un jugador extraordinario que ha jugado hasta un Mundial. Pasé años maravillosos en River a pesar de no haber conseguido ganar un título.

-Estuvo a las órdenes del gran Renato Cesarini, un amante de un fútbol estético que en Argentina -después del fracaso en el Mundial del 58- no estaba de moda. ¿Fue un romántico del juego?

-Tuve la suerte de que me dirigiera Cesarini. Fue mi gran maestro, el mejor entrenador que tuve y quien me hizo debutar en Primera. Era un académico del fútbol, una persona que había andado mucho por el mundo, conocía mucho y al que le gustaba el buen juego. Aprendíamos mucho de lo físico, de lo táctico y también nos enseñaba cosas para nuestra vida privada. Todo jugador que haya sido dirigido por Renato Cesarini lo va a poner en el primer puesto cuando le pidan elegir al mejor técnico que tuvo. Tal fue así que nosotros junto con mi hermano Ermindo, los hermanos Solari y Luis Artime fundamos un club en la ciudad de Rosario y el homenaje que le hicimos a Renato fue ponerle su nombre a ese club porque los cinco jugadores que nombre habíamos pasado por sus manos en algún momento de su etapa como entrenador.

"Consulté a Enrique Omar Sívori mi fichaje por el Córdoba C.F." 

- ¿Cómo se forja su fichaje por el Córdoba?

-Se da con la llegada de Rafael Campanero a Buenos Aires, que vino a buscar un jugador de las características que tenía yo. Al principio tuve dudas porque no conocía demasiado el fútbol español, apenas conocía al Barcelona, Real Madrid, Valencia o Atlético de Madrid y que me venga a buscar un equipo que militaba en Segunda División cuando yo era titular en River y jugador de selección me creaba ciertas dudas aunque la oferta económica era muy buena, ya que en Argentina hay mucha diferencia entre primera y segunda división. Consulté con algunos grandes ex jugadores que habían pasado por Europa como Enrique Omar Sívori y le planteé mis dudas y él me dijo que si no iba a jugar con los tres o cuatro grandes equipos de España o de Italia era más importante jugar en un equipo de Segunda con aspiraciones de ascenso que en uno de Primera que va a estar peleando por salvar la categoría. Además, tratar con Don Rafael me inspiró mucha confianza. Sé que él indagó sobre mí también no solo en lo futbolístico y estoy agradecido a los años que pasé en Córdoba en lo futbolístico y por las amistades que hice y que mantengo. Hace tres años fui a visitarlos y todos me recibieron de la mejor manera.

- ¿Cómo recuerda su llegada a Córdoba? Le recibieron como una auténtica estrella, según las crónicas

-Me recibió el gerente del club, Paco Rojas, alguien a quien le tengo mucho cariño. Cuando llegamos en el tren de Madrid a Córdoba no esperaba ese recibimiento. Estaba la estación de trenes colmada de gente y ahí pensé que a esa gente no la podía defraudar. Dominichi llegó después. Los técnicos me preguntaron porque precisaba el técnico un defensor y me preguntaron por él. Yo les pedí que hicieran todo el esfuerzo posible porque era un extraordinario defensor y aquí destacó. Además, era un gran tipo y me vino muy bien porque éramos muy amigos aparte de compañeros en River. Nos complementamos muy bien el tiempo que coincidimos en Córdoba.

-125 partidos, 20 goles como cordobesista. El primero cuando apenas llevaba tres minutos en su primer choque ante el Deportivo. ¿Cuál fue para usted su mejor partido en el Córdoba C.F.?

-Mi debut no podría haber sido mejor. A los pocos minutos marqué y encima ganamos. Es difícil juzgarse a uno mismo. Creo que uno de los mejores fue el que jugamos en Sevilla, al que ganamos 1-2 después de ir perdiendo 1-0 con un gol de penal que nos hizo un cordobesista como Jaén. Ese día el equipo jugó de manera extraordinaria y creo que también fue una de las mejores en lo personal. Lamentablemente no lo pudo ver mucha gente de Córdoba porque jugábamos de visitante.

"Incluso después de haber sido futbolista fui a visitar a Vavá a Brasil" 

- Rafael Campanero suele decir que la plantilla de la 74-75 ha sido la mejor de la historia del club. ¿cómo se explica que no lograra un ascenso aquel Córdoba tan argentino y con un goleador como Burguete en plena forma?

-Comparto con Don Rafael. Quizás ese equipo de la 74-75 haya sido de los mejores que me haya tocado integrar a mí. No vi otros Córdobas anteriores que dicen que hubo grandes jugadores también. Ese año tuvimos a Burguete que hizo muchos goles y a Juárez, Rivero, Martínez, Carmelo Salas, Alarcón, Aguilera, Dominichi, Molina en el arco, Urbano, Paquito Varo… realmente era un gran equipo y tuvimos muchas posibilidades de ascender. Lamentablemente, el fútbol tiene a veces esas cosas. Partidos que uno cree accesibles se complican y no los termina de ganar. Pero de los años que estuve allí, fue el mejor plantel que integré.

-Fue entrenado por Vavá, un bicampeón del Mundo, ¿qué tal era su relación con el brasileño?

-Tuve la suerte de ser dirigido por Vavá. El fútbol brasileño se asemeja mucho al argentino y Vavá cambió un poco la mentalidad del plantel ese del Córdoba, que jugaba con líbero y stopper y Vavá hacía jugar más con línea de cuatro y marcaje zonal y a mi me daba libertad para jugar y además era una persona con la que se podía dialogar muchísimo. Tenía mucha relación con él porque éramos sudamericanos los dos. Le gustaban mucho las comidas argentinas. Yo vivía con mi madre y a veces les invitaba a comer a casa a él y a su señora. Además, la relación siempre con todo el plantel fue muy buena. Cualquier jugador que ha integrado aquel plantel dirá que Vavá fue uno de los mejores entrenadores que tuvo. Quedé eternamente agradecido con él. Incluso después de haber sido futbolista le fui a visitar a Brasil. Fue uno de los entrenadores más grandes que ha tenido el Córdoba y el mejor equipo que integré fue cuando él lo dirigía.

-Sobre usted han dicho compañeros suyos de esos tiempos, por ejemplo Escalante, que jugaba con botas rotas porque se sentía más cómodo ¿Cómo fue el Onega del Córdoba? ¿Con qué compañeros en aquellas tres temporadas se entendió mejor sobre el campo?

-Es verdad, tenía unas botas no en muy buenas condiciones que yo me había traído de Buenos Aires pero con las que yo me sentía muy cómodo. Mis compañeros me hacían muchas bromas con eso. En el campo me sentía cómodo con muchos jugadores: Manolín Cuesta, Escalante, Martínez, Rivero, Burguete, Juárez… Todos grandes jugadores y varios de ellos que habían salido de las divisiones inferiores. En toda la etapa tuvimos grandes compañeros y sé que cuando les hacen preguntas sobre mí destacan más allá de la parte futbolística la faceta como persona. Es algo que además corroboré cuando estuve hace tres años que el equipo de veteranos hizo una comida y vinieron compañeros de otras ciudades como Jiménez y Pepito Navarro de Madrid, Molina de Huelva, Tejada y Orife de Sevilla… Y de todos los chicos que viven en Córdoba no faltó ninguno. Para mí es mucho más importante lo que dejé como persona de lo que dejé como futbolista.

 

 

 

- ¿Qué relación tuvo con la afición cordobesista? ¿Entendieron su juego y su calidad desde el principio o les costó?

-Agradecido porque por lo general fui bien tratado por la afición cordobesista. Cuando no se ganan partidos lo normal es que la gente a veces se ponga fastidiosa, pero por lo general tengo el mejor de los recuerdos. Y eso que uno era extranjero y venía con muchas expectativas en la afición con mi trayectoria de los años en River y la selección. Tuve una gran relación y todavía muchos que no me vieron jugar, pero escucharon a sus padres o abuelos, me escriben a mí o a mi señora felicitándonos y lamentando la suerte de no haberme podido ver jugar. Es el mejor recuerdo que tengo de la afición cordobesa.

"Pude haber jugado en el Granada, pero hubiera sido una traición al Córdoba"

-Dejó el Córdoba con apenas 31 años. ¿Hubiera seguido jugando más tiempo aquí?

-Sí, por supuesto. Eran cuatro años y soy bastante familiar y tenía toda mi familia en Argentina y me costaba un poco más. Vavá, que estaba entrenando en el Granada en ese momento, me había hablado para irme a jugar allí, pero yo si me quedaba en España a jugar hubiese sido en Córdoba. Irme a Granada hubiera sido una traición. Además, había otros dirigentes en el club. Seguramente si hubiese estado Rafael Campanero probablemente hubiera seguido una temporada más. Después decidí venirme y seguir jugando porque con 31 años para el fútbol no eres un ex jugador. Me contrató Millonarios de Colombia, jugué una temporada y salimos campeones que hacía muchos años que no lograban serlo. Un gran club en Bogotá.

-Su familia ha mostrado su cariño por Córdoba y el Córdoba e incluso sus nietos han posado con la blanquiverde. ¿Marcó a una leyenda del fútbol argentino como usted su paso por El Arcángel?

-El periodismo siempre cuando hablamos de alguna nota me pregunta mi paso por el Córdoba cuento mi historia y recalco que quedaron grabados en mí esos cuatro años que fueron muy buenos en todos los sentidos. Tengo nietos chicos de diez y seis años que escuchan lo que hablan del abuelo y me preguntan dónde y cómo jugué. Cuando estuve en Córdoba el club me hizo un gran homenaje y me regaló toda la indumentaria del Córdoba para mis dos nietos y la usan mucho. Ellos juegan en clubes de barrio y muchas veces van vestidos del Córdoba porque ellos se la quieran poner. Tienen la del River y a veces priorizan ponerse la del Córdoba. Eso para mí es un orgullo porque soy un agradecido en la vida y por toda la gente que me marcó y Córdoba me marcó como jugador y como persona. Tengo amigos que me llaman para saber cómo está mi situación actual y eso me causa gran alegría.

-Como sabe, el Córdoba atraviesa un momento delicado y sus aficionados, además, parece que se van a quedar sin ver fútbol hasta el año que viene. ¿Les puede enviar un mensaje de ánimo en calidad de mejor jugador extranjero que haya jugado aquí?

-Quiero enviarle un afectuoso saludo a todos los cordobesistas. Lo que va a pasar en España seguramente pasará aquí, que no veremos más fútbol este año. Sé que el Córdoba quedó a un punto para jugar el play-off y ahora está tratando de reclamar para que se extienda y puedan jugar. Me han comentado que el club está un poco mejor, que se han hecho cargo gente árabe que quiere poner todos los recursos para que vuelva a estar donde estuvo no hace mucho tiempo. Ánimo que Córdoba es una afición muy fuerte y el club tiene un nombre muy importante en el fútbol español y seguramente va a lograr todos los objetivos que se proponga.

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