Llega a una feria en un barrio de Vigo y una abuela la lía con los globos por un premio: "Mejor que el fútbol"

Las atracciones no son lo único divertido de las fiestas, ya que todo el mundo quiere llevarse un recuerdo en forma de peluche o incluso algo mejor

La señora mayor en la caseta de tiro a los globos

José Manuel Nieto

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Durante la época de fiestas en pueblos y ciudades de todo el país, las ferias nos iluminan las tardes y noches con su decoración característica y su música animada. Todos tenemos recuerdos en las atracciones o comiendo algodón de azúcar, pero esta señora la ha liado en Bouzas en una caseta de pinchar globos hasta llamar la atención de todo el mundo.

Por mucho que pase el tiempo, no se ha perdido la tradición de tener las atracciones año tras año en las fiestas populares. Caballitos, barracas, la calle del infierno... Tiene nombres mil, pero la feria con sus atracciones, casetas con premios, bingos y puestos de comida es indispensable por toda la península.

Las tómbolas, las casetas de tiro, las churrerías, las diversas atracciones que, aún siendo las mismas, se llaman de distinta manera según el lugar en que se instalen... Un día en la feria siempre queda marcado en la memoria de todos los niños que fuimos y los que vendrán.

Una feria en el recinto de Mendizabala de Vitoria-Gasteiz

Atracciones como los coches de choque, el tren de la bruja, la tribu comanche, el pasaje del terror o la noria nunca fallan. Y a eso hay que sumarle las casetas y los típicos puestos de comida. La verdad es que en las ferias hay de todo, y desde los más pequeños hasta los más mayores tienen juegos y puestos en los que pueden divertirse y pasar un buen rato en familia o con amigos.

Una feria

Una de las más famosas es la Calle del Infierno de la Feria de Abril, con una superficie de 87.000 metros cuadrados y 400 atracciones para todos los gustos. "Los Cacharritos" tienen desde las clásicas tómbolas hasta las montañas rusas, hay algo para cada visitante. Es un lugar donde la diversión se mezcla con la tradición.

A pesar de que pueden parecer algo de la época actual, los parques temáticos o de atracciones tienen su origen mucho antes de lo que la mayoría puede pensar. Se crearon concretamente en la Edad Media y han ido evolucionando hasta nuestros días, adecuándose a cada generación.

La feria inglesa de San Bartolomé fue de las primeras en contar con un parque temático en 1133. Más adelante pasaron a implantarse en los jardines de recreo, lugares destinados para el ocio y el entretenimiento. Durante los siglos XVIII y XIX, estas ferias evolucionaron en lugares de diversión para las masas.

Una tómbola en una feria de Huelva

Allí el público podía ver demostraciones fuera de lo normal, como acrobacias, magia o malabares, además de poder participar en competiciones o incluso caminar entre animales salvajes. No fue hasta el siglo XIX cuando la gente pudo montarse en atracciones como el carrusel o tiovivo, e incluso, en las primeras montañas rusas.

Una abuela la lía con los globos por un premio

Las casetas de tiro tienen un funcionamiento muy sencillo. Tú pruebas suerte con un arma de aire comprimido o con unos dardos, demuestras tu destreza y cada acierto es motivo de alegría, celebración y orgullo, festejada con un premio al final de la tirada. Esta abuela probó suerte y todo el mundo se arremolinó en torno a ella, como se ve en el vídeo.

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No se sabe si al final lo consigue, pero todo el mundo en los comentarios pide que sea recompensada. Los premios suelen ser desde llamativos peluches hasta pequeños electrodomésticos. Pero más allá de eso, todos tienen un denominador común: es muy difícil ganar. Además, existe el mito de que hay algunas que incluso están trucadas.

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