¿A quién le interesa más un acercamiento entre EEUU y Corea del Norte?
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Hace apenas cinco meses el presidente Trump descartaba la idea de dialogar con Corea del Norte. En su opinión durante los últimos 25 años los acercamientos de anteriores administraciones no habían servido para nada, habían sido engañados. Con Corea del Norte – decía Trump- solo funciona la fuerza.
Cinco meses después Trump ha decidido aceptar la invitación del máximo líder norcoreano Kim Jong-un sin mayores garantías que sus antecesores, tan solo la promesa de que Corea del Norte pondrá fin a sus ensayos nucleares y de misiles balísticos.
El secretario de estado Rex Tillerson confirmaba que la decisión de dialogar directamente con Corea del Norte fue una decisión absolutamente personal de Trump. El propio Tillerson manifestaba tan solo horas antes de conocerse la noticia que “las negociaciones con Corea del Norte están muy lejos” y antes “habría que dialogar sobre que se quiere dialoga”.
Tanto el Departamento de Estado como en el Pentágono fue una sorpresa la decisión de Trump. Desde esos departamentos se reconoce que ahora mismo no existe ni una estrategia ni un grupo de trabajo que pueda hacerse cargo de ese proceso negociador.
En las últimas horas muchos analistas han vuelto a criticar a Trump por abordar una asunto tan serie como si fuera un “reality show” y le recuerdan que la seguridad nacional está en juego. Desde la Casa Blanca se rechazan esas críticas y se recuerda que los estadounidenses eligieron a Trump precisamente para eso: para alejarse de las viejas recetas de los políticos de toda la vida y buscar nuevas soluciones.
¿Cuál es la razón tras la oferta de diálogo de Corea del Norte?
Es el resultado de los esfuerzos del Presidente de Corea del Sur Moon Jae-in para rebajar la tensión en la península de Corea y fomentar entre los Estados Unidos y Corea del Norte. El primer paso fue que el régimen de Pyongyang aceptara participar en los juegos olímpicos de invierno celebrados en Pyeongchang. Eso facilitó el camino para que una delegación surcoreana se entrevistara con Kim Jong-un en la capital norcoreana.
Pero no han sido solo las gestiones diplomáticas del presidente Moon. Corea del Norte lleva meses sintiendo las consecuencias de las últimas sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, unas sanciones que han tenido el efecto esperado fundamentalmente por el compromiso de China en su implementación. El vicepresidente Mike Pence subrayaba que las sanciones habían sido fundamentales para inclinar al régimen de Corea del Norte a dialogar.
¿Qué busca Corea del Norte con estas negociaciones?
Reconocimiento. Muchos analistas coinciden en que ese es el primer objetivo de Kim Jong-un. Una reunión con Trump, le pondría al mismo nivel del Presidente de los Estados Unidos. Esta reunión le daría al líder norcoreano el prestigio que siempre ha buscado. Sin olvidarse del levantamiento de las sanciones. Sobre la mesa también estaría la reducción del número de tropas estadounidenses en Corea del Sur, que en estos momentos es de 25.000.
Estados Unidos buscará la desnuclearización de Corea del Norte y aquí se pueden encontrar estas futuras negociaciones con su principal riesgo, que Washington no se crea las intenciones de Pyongyang de abandonar la carrera nuclear y refuerce su idea de que solo el uso de la fuerza solucionará el problema.
¿Qué puede ir mal?
Muchas cosas. Todo puede ocurrir en una reunión donde los líderes más inusuales del actual panorama político mundial se van a sentar frente a frente.
Llegados al extremo de una reunión donde Trump y Kim Jong-un compartan mesa de trabajo, un fracaso sería muy negativo para los esfuerzos de desnuclearizar la península de Corea. El margen de error seria mínimo para intentar recomponer la situación.