26 años sin Kurt Cobain
En 1994 con la pérdida de Kurt Cobain se difuminó el olor del espíritu adolescente
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Nadie imaginaba que el 1 de marzo de 1994 en Múnich sería el último concierto de Nirvana. Ni que veintisiete días antes de su muerte, tras cancelar la gira de In Utero- aunque nunca llegó a hacerse oficial- el grupo ya estaba prácticamente disuelto. En los últimos días de su vida, Cobain comentaba que estaba cansado de Nirvana y alardeaba de tener un nuevo proyecto con Michael Stipe, el líder de R.E.M.
Pocos días después el 5 de abril de ese mismo año se suicidaba. Su cuerpo fue encontrado, el día 8 de abril, en su casa en Seattle. Voz e icono de la Generación X, considerado uno de los músicos más emblemáticos e influyentes en la historia de la música, dejaba un gran vacío en el mundo del rock.
El sonido Seattle perdía a uno de sus mayores exponentes y tristemente el 'Club de los 27' pasaba a engrosar sus filas. Otra muerte prematura a los 27 años como la de Jim Morrison, Janis Joplin, Jimmy Hendrix o Amy Winehouse.
Solo tres años antes de su muerte y con solo 24 años Kurt Cobain trastocó la industria musical al convertir su disco Nevermind, un fragmento de cultura punk rock, en un éxito millonario. Fue el principio de la breve carrera meteórica de una atormentada personalidad, truncada por un trágico suicidio. Algo que Carlos García y Álex de Marcos reflejan a la perfección en su libro ‘About a boy’ (Planeta).
Aquella no fue la primera vez que Kurt Cobain quiso poner fin a su vida. Unas semanas antes, en un hotel de Roma, Courtney Love, su mujer, se lo había encontrado con sesenta pastillas en el estómago. La pareja era una bomba de relojería a punto de estallar: amor, punk y adicción a las drogas, algo que les uniría y les separaría para siempre.
Hacía tiempo que Kurt Cobain había dejado de controlar las drogas, de hecho eran éstas las que le controlaban a él. 'About a boy' cuenta cómo Cobain estaba convencido de que la heroína era el único remedio para combatir los terribles dolores de estómago que sufría y de los que ningún médico pudo darle una explicación. Una semana antes de morir intentó salir a flote al ingresar en una clínica de rehabilitación de Los Ángeles. No lo consiguió; acabó saltando la tapia del centro para escapar.
EL GRUNGE Y LA GENERACIÓN X
Ya lo dejan claro García y de Marcos, “nadie supo ponerle voz a la Generación X como lo hizo Kurt Cobain a través de su música y letras. Se convirtió en el amplificador Fender de una generación que buscaba respuestas en un nuevo estilo de vida que llamó la atención del mundo entero: el grunge”.
La popularidad del grunge comenzaría a desvanecerse a mediados de la década de los noventa. Green River, The Melvins, Pearl Jam, Stone Temple Pilots, Soundgarden, Alice in Chains o Collective Soul son solo algunas de las bandas más representativas de este movimiento, determinantes en el posterior desarrollo del rock. Aquellos primeros escenarios desde los que el grunge sonó amplificado se hallaban todos ubicados en un mismo lugar: Seattle.
CÓMO UN DESODORANTE DIO NOMBRE A UNA DE LAS CANCIONES MÁS FAMOSAS DE LA HISTORIA
La historia de Nirvana cambió para siempre cuando publicó su segundo disco, Nevermind, del que hasta el momento se han vendido más de treinta millones de copias.
Cuentan los autores de ‘About a boy’ que todo empezó una noche de borrachera que Kurt compartió con su novia de entonces, Tobi Vail, batería del grupo Bikini Kill. Kathleen Hanna, la líder de la banda, escribió en la pared de su habitación con spray «Kurt smells like teen spirit». El motivo era que el líder de Nirvana le había cogido prestado el desodorante a su novia, uno de la marca Teen Spirit, popular en aquella época. Meses después, cuando Tobi ya había roto con él, Kurt llamó a Hanna y le preguntó si podía utilizar aquella frase para una de sus composiciones. En ella, la voz furiosa de Kurt, que destila la rabia que sentía por la ruptura con Tobi Vail, canta una letra difícil de interpretar que, junto con el significado ambiguo del título y los riffs de guitarra, hicieron que se asociara para siempre a la rebeldía juvenil.
LA PORTADA
Cuando Kurt vio un documental sobre partos en el agua, pensó que esa era la imagen perfecta para la portada de Nevermind. En cambio, a la discográfica le pareció demasiado explícito. En un intento por encontrar una imagen que se le acercara, enviaron a un fotógrafo, Kirk Weddle, a una piscina de bebés. Capturó a Spencer Elden, de poco más de tres meses, nadando. La fotografía se aproximaba a lo que la banda buscaba, aunque no le pareció completa hasta que se le ocurrió la idea del anzuelo con el billete. De nuevo, Geff en Records puso problemas; al bebé se le veía el pene y temían que pudiera herir la sensibilidad del público. Finalmente, según cuenta García en 'About a boy', Geff cambió de opinión y la cubierta se publicó sin censura. Hoy en día, la icónica imagen del bebé en la piscina de Nevermind forma parte de la colección del MoMA de Nueva York.
La muerte de Cobain resultó ser tan dolorosa y contagiosa como la letra de una de sus canciones, aunque el legado de Nirvana está hoy, 26 años después, más vivo que nunca.
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