JÓVENES TALENTOS

Gabriel Gómez, un joven cineasta que explora el legado de Sierra de Aracena

Gabriel Gómez (Sevilla, 1999) es un cineasta cuya obra comienza a despuntar en festivales andaluces. En su último corto, "Rehilete", que se proyectará el próximo 9 de noviembre en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, explora el entorno rural y sus vivencias familiares con sus padres como protagonistas.

Agencia EFE

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Gabriel Gómez (Sevilla, 1999) es un cineasta cuya obra comienza a despuntar en festivales andaluces. En su último corto, "Rehilete", que se proyectará el próximo 9 de noviembre en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, explora el entorno rural y sus vivencias familiares con sus padres como protagonistas.

El corto recrea la reciente ruptura de sus progenitores, a los que ha vuelto a unir frente a la cámara, a la vez que arroja luz al espectador acerca de las costumbres y festividades de la Sierra de Aracena, en Huelva.

La de los rehiletes es una de las celebraciones más longevas del área, un ritual en la que ese instrumento elaborado con una rama y hojas de castaño, sirve de antorcha y símbolo de purificación de cara al solsticio de invierno.

"Creo que se pueden contar las cosas simplemente con miradas, movimientos y acciones simples", dice a EFE el director, aficionado a la fotografía e interesado en el trabajo con actores no profesionales.

Su filmografía encuentra siempre su inspiración en la Sierra de Aracena, donde pasó buena parte de su infancia, por lo que su proceso creativo tiene mucho de "personal, afectivo e íntimo" y es en parte un ejercicio de la nostalgia para tratar de recuperar todo lo vivido por su familia.

"Mi nicho de creatividad viene desde mi abuelo, pasa por mi padre y llega hasta mí", confiesa Gómez, último eslabón de una dinastía de artistas que comparten temas y escenario, desde su abuelo poeta y articulista a su padre pintor.

Gómez menciona la influencia en su último trabajo del cortometraje "Adelheid" (1970), del cineasta checo Frantiek Vlá?il, y sobre todo del corto "Koza" (1995) del director turco Nuri Bilge Ceylan, pieza con la que el joven cineasta reconoce haber estado "obsesionado".

En su primer documental, "La Saca" (2018), proyectado en la XXIV Semana de cine de Aracena, recuperaba los testimonios sobre la posguerra de los ancianos del pueblo de Valdelarco (Huelva).

"Muchas de las personas que había grabado habían muerto y vinieron sus hijos. Me llenó porque me di cuenta de que era importante, de que había gente que había sufrido mucho", recuerda.

La preservación de la memoria, histórica y mítica, de Aracena es una pulsión latente en otros trabajos del director como "Hueco" (2020), en el que toma por primera vez al castaño como fuente de leyendas, o "Piscimanía" (2019), cortometraje ambientado en el pueblo de Galaroza (sierra de Aracena).

"Van surgiendo nuevas ideas pero el grueso está en el mismo sitio, todo lo que rodea al campo y algunas experiencias que me han marcado para toda la vida y quiero hablar de ellas una y otra vez", declara.