INTELIGENCIA ARTIFICIAL

García Montero: La IA, bien usada, podría llegar a entender el sedimento de las palabras

El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, ha dicho hoy que la inteligencia artificial, si se usa bien, podrá llegar a comprender "el sedimento de las palabras", lo que hay debajo de ellas, pero de momento es incapaz de entender un poema de Borges, "un escalofrío" o decir "te quiero".

Agencia EFE

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El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, ha dicho hoy que la inteligencia artificial, si se usa bien, podrá llegar a comprender "el sedimento de las palabras", lo que hay debajo de ellas, pero de momento es incapaz de entender un poema de Borges, "un escalofrío" o decir "te quiero".

En una mesa redonda organizada por esta institución y el British Council sobre la IA en la enseñanza de idiomas, García Montero ha dicho que esta tecnología es un logro pero conviene, "como todos los temas que están llamados a cambiar la realidad", a ser precavidos y usarla lo mejor posible para el ser humano.

"No creo que la IA y la traducción inmediata a través del móvil vaya a acabar con la enseñanza de las lenguas, pero sí creo que las máquinas son más fiables que los seres humanos y, por tanto, como somos los que la programamos hay que tomarse en serio los peligros".

Así, ha advertido, "un lenguaje de inteligencia artificial programado sin conciencia puede generar sesgos de todo tipo", por ejemplo de carácter sexista o que no respete la diversidad.

A su juicio, cuando un docente imparte clase hace "algo más que dar vocabulario", transmite valores y experiencias de vida; por ello "no creo que la IA acabará con la enseñanza de idiomas sino que nos va a agilizar muchas cosas con la burocracia y la comunicación inmediata pero no enseña lo que está debajo de las palabras".

De momento, ha concluido, no entiende lo que significa la lluvia en un poema de Jorge Luis Borges, tener un escalofrío o decir "te quiero", sin embargo, "si sabemos usarla bien podrá recoger también el sedimento de las palabras a la hora de jugar con sus composiciones".

En la mesa redonda el profesor de la Universidad Politécnica de Valencia Miguel Rebollo ha explicado que lo interesante es complementar la IA con la inteligencia humana, "utilizar cada una en la que es mejor".

En su opinión, la clave es saber qué aspectos queremos delegar en la inteligencia artificial y cuáles no y, pese a reconocer que la IA puede ayudar en el aprendizaje de otro idioma, será de "supervivencia", ya que no entiende la parte cultural, la que nos permite comprender de forma profunda a otro ser humano.

Por su parte, Rose Luckin, de la University College London, ha enfatizado que en la enseñanza tanto profesorado como alumnado deben tener una "idea correcta de lo que es la IA para que no crean que es más humana de la que es"; "hay que instarles a usarla y a comprenderla".

De acuerdo con esta investigadora dedicada a la IA desde hace tres décadas, este tipo de herramientas son "una llamada a la acción para la raza humana: "Tenemos que volvernos más inteligentes, pero me temo que va ocurrir lo contrario".

"Nuestros cerebros son vagos por naturaleza y me temo que en el momento en que tenemos que ser más inteligentes, nos vamos a relajar", ha defendido la experta británica.

Ha abogado además por tener clara la relación que queremos entablar con la IA, qué cuestiones cognitivas estamos dispuestos a dejar en sus manos y cuáles no; "hay que ser precavido sobre qué cosas vamos a dejar de hacer porque luego ya no vamos a poder hacerlas".

Ha concluido que tiene sentido la IA en la enseñanza de idiomas pero de un modo "transaccional" -para entenderse en cuestiones cotidianas sencillas- no para interactuar de forma profunda, no creo que esto lo pueda hacer la IA. Aprender un idioma es hablar con una comunidad y conocer sus códigos culturales". EFE

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