Golpes en el brazo y ladridos, algunos de los momentos más surrealistas de la Gala de los Goya

En esta ocasión han sido pocos los afortunados que han podido acudir hasta Málaga para vivir de forma presencial la ceremonia

Golpes en el brazo y ladridos, algunos de los momentos más surrealistas de la Gala de los Goya

Javi García

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Noche diferente, pero a la vez histórica, la que se ha vivido este sábado 6 de marzo en Málaga con motivo de la celebración de la 35 Gala de los Goya. El ambiente desde el primer momento era muy diferente al que se ha vivido en otras ocasiones: con invitados y nominados siguiendo foco de atención de los flashes en la alfombra roja.

En esta ocasión han sido pocos los afortunados que han podido acudir hasta Málaga para vivir de forma presencial la ceremonia, ya que todos los nominados han seguido los diferentes nombramientos y actos a través de una videollamada. Al final, esta tecnología, que tan familiar se ha convertido desde el mes de marzo del pasado año ha sido la gran protagonista. A través de las cámaras de los actores, todos los espectadores se han podido colar en las casas y habitaciones de hotel de todos los nominados, dejando imágenes que ya forman parte de la historia de Los Goya.

Gritos, micrófonos cerrados o incluso saturados de la emoción, ladridos de animales, han marcado el ritmo de una gala en la que los premiados han tenido la oportunidad que en situaciones normales no podrían vivir en el momento de recibir el premio: el abrazo y el beso de sus seres queridos que estaban acompañándoles en el salón de su casa. Este ha sido el caso de Mario Casas, Goya a Mejor Actor, que ha sido comido totalmente a besos por sus familiares. Otra anécdota curiosa nos la ha dejado Mabel Lozano, que ha tenido que esquivar los ladridos de su perro para poder pronunciar su discurso tras ganar el Goya a Mejor Cortometraje Documental.

Pero uno de los momentos más virales y compartidos en redes sociales ha llegado pocos minutos después de comenzar la Gala. Esta curiosidad le ha ocurrido a la actriz vasca, Amaia Aberasturi, que ha tenido que dar un toque de atención a su novio, que se encontraba distraído con el móvil. El momento ha sido captado por muchos usuarios de redes sociales y rápidamente se ha hecho viral.

Otro momento para el recuerdo se ha producido fruto de la equivocación cuando se otorgaba el premio a mejor actriz de reparto. En esta ocasión, en la casa de Natalia Molina se han adelantado a la celebración, ya que nada más escuchar la primera letra del nombre los saltos han invadido el salón de casa, pero en realidad el premio era para Nathalie Poza, que compartía premio junto a Carmen Marchi.

Estos han sido algunos de los momentos que han dado color a esta atípica Gala de Los Goya, que no ha obviado momentos de emoción sobre las tablas del teatro malagueño, teniendo muy presente a todas aquellas personas, tanto de la industria como de la sociedad en general, que nos han dejado en estos últimos meses por culpa de la pandemia.