Javier Bardem: los personajes que le marcaron, parejas antes de Penélope Cruz y la pérdida sufrida este año
Al pequeño de los Bardem siempre le ha gustado más hacer papeles oscuros y complicados que cómicos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Ni ‘Madres paralelas’ de Almodóvar ni ‘Mediterráneo’ de Barrena, será ‘El buen patrón’ de Fernando León de Aranoa la que pueda conseguir o no, pero al menos tendrá la opción, un Oscar en la 94ª edición de los premios más deseados del cine. La pena es que la película opte tan solo al Oscar a la mejor película internacional y que su protagonista, Javier Bardem, no pueda estar entre los cinco elegidos para el premio al mejor actor, ya que a tenor de la mayoría de críticos de cine españoles, lo borda.
Un Javier Bardem en estado de gracia. Solo por su actuación compensa ver “El buen patrón” [Carlos Boyero, El País]
Un Bardem enorme en una muy ácida comedia de León de Aranoa [Marta Medina, El Confidencial]
Lo mejor: un inmenso, eminente Javier Bardem. [Mirito Torreiro, Fotogramas]
Javier Bardem, el puto amo [Luis Martínez, El Mundo]
No todo son flores, hay quien tiene algún pero que otro como Jerónimo José Martín que ve “un poco sobreactuado Javier Bardem, lo que me hace no empatizar con él”.
¿En la piel de quién se mete esta vez el pequeño de los hermanos Bardem?
El “buen patrón” es el dueño de básculas Blanco, un empresario manipulador, dado a las trampas emocionales cuando las cosas amenazan con ponerse chungas y que para no perder su imagen pública hace lo que se tercie: chantajea, compra, vende, miente, y si tiene que llegar a la agresión, agrede. Un ser despreciable, pero que también tiene mucha gracia.
Un patrón como asegura de su personaje Fernando León de Aranoa que “estaría completamente en contra del teletrabajo, porque por principio él desconfía de sus empleados (…) Mi película es una sátira, busca la capacidad catártica que ofrece el humor”. [El País 21 de septiembre 2021]
Julio Blanco, el “patrón” es según Bardem “un tipo encantador, afable, cercano, cariñoso e inteligente, que esconde enormes defectos bajo esa figura paternal”. Pero no deja de ser un personaje más de los muchos que ya ha interpretado a lo largo de sus tres décadas dedicado al cine. Aunque meterse en la piel de otro, por muy bien que hagas tu oficio, no te vuelve invulnerable a su forma de ser, a sus obras y pensamientos. Cada personaje deja una muesca en la culata.
Los diez personajes que le han dejado más huella
El Raúl de “Jamón jamón”, la película de la que Javier Bardem dice “me cambió la vida, conocí a uno de mis mejores amigos Jordi Mollá y a mi esposa”.
En ‘Jamón Jamón” que forma parte de la trilogía ibérica de Bigas Luna junto a “Huevos de oro” y “La teta y la luna” y, a la vez su primer papel importante, se metió en la piel de un joven seductor que trabajaba en una fábrica de jamones y que debe conquistar a la chica para evitar un matrimonio. (No les hago más spoiler por si no la han visto y se animan a hacerlo).
El Lisardo de “Días Contados” un yonqui confidente de la Policía es “uno de los personaje que más me gustó preparar, íbamos por las barriadas y sitios complicados repartiendo metadona y era impresionante saber por qué en la juventud había tantos adictos a la heroína y me afectó mucho. Era un tipo de responsabilidad hacer ese personaje, hasta ese momento nunca había hecho nada parecido” [Javier Bardem en ‘Fotogramas’].
En “Antes de que anochezca” (‘Before Night Falls’), es Reinaldo Arenas el escritor cubano que pasó de participar en la revolución a ser perseguido y encarcelado en condiciones infrahumanas y sufriendo torturas por sus críticas al Gobierno cubano y por su homosexualidad. Se suicidó en el exilio dejando una carta en la que culpaba a Fidel Castro de todo lo que tuvo que pasar:
“Solo hay un responsable: Fidel Castro. Los sufrimientos del exilio, las penas del destierro, la soledad y las enfermedades que haya podido contraer en el destierro seguramente no las hubiera sufrido de haber vivido libre en mi país”.
La interpretación del poeta y disidente cubano le hizo candidato al Óscar al mejor actor - era el primer actor español en ser nominado- aunque en aquella edición de 2001- la 73ª- la competencia era impresionante: Tom Hanks por “Cast Away”, Russell Crowe por ‘Gladiator’, Ed Harris por ‘Pollock’ y Geoffrey Rush por ‘Quills’. Y…and the Oscar goes to… para Russell Crowe por ‘Gladiator’.
El Santa de ‘Los lunes al sol’ tuvo un gran poder terapéutico para el Bardem ensoberbecido, henchido cual pez globo por todo lo que había supuesto su candidatura al Óscar ( viajes, promociones, fiestas, conocer a mucha gente importante de la industria del cine fuera de nuestras fronteras, etcétera, etcétera). “Fue el ancla al suelo”, decía el propio Javier, volver a la realidad del día a día. “Me ayudó mucho terapéuticamente hablando y personalmente por las amistades que hice y me puso los pies en la tierra”.
En ‘No es país para viejos’ (‘No Country for Old Men’), los Coen -Joel y Ethan-, “me querían porque era todo lo contrario del personaje”, el pequeño de los hijos de Pilar Bardem huye de la violencia, no conduce y no hablaba inglés cuando se rodó en 2007. Hacer de Anton Chigurh, un asesino despiadado “me vino regular, esa sensación de ejecutar a gente, de no interactuar con nadie….”; sin embargo puso su nombre en el palmarés de actores -que siendo secundarios- han conseguido una interpretación memorable, al menos, para los académicos de Hollywood (por si alguien discrepa). Con su Óscar al mejor actor secundario masculino, la agria visión de los Coen de que cualquier tiempo pasado siempre es mejor, se hizo con cuatro estatuillas.
De asesino sin escrúpulos a pintor carismático en un mismo año. Es lo que tiene ser actor que un día coges un rifle y vas asesinando a todo el que se cruza en tu camino y al día siguiente (quizás no tan rápido), en tus manos, un pincel y óleos hacen maravillas en un lienzo. Juan Antonio es un pintor que conoce en Barcelona a dos amigas estadounidenses Vicky y Cristina y las invita a pasar un fin de semana en Asturias. En medio de la relación aparece la exmujer del pintor una tal María Elena. Sí, es “Vicky, Cristina, Barcelona”. Woody Allen eligió, además de Scarlett Johansson, Rebecca Hall y Patricia Clarkson, a un Javier Bardem que ya tenía un nombre en el mundo hollywoodiense y a Penélope Cruz.
Dos cosas inolvidables para el actor español de aquel rodaje: que Allen no le dejó leer el guión prácticamente y que surgió definitivamente el amor entre Penélope y él.
Por la dura historia de Uxbal, el protagonista enfermo de cáncer con una existencia descarnada de ‘Biutiful’ de González Iñárritu, fue candidato a los mejores premios del cine español e internacional, entre ellos, de nuevo, el Óscar. Esta vez no pudo ser, pero ganó el Goya, ganó la Palma de Oro en Cannes y ganó la Medalla del Círculo de Escritores Cinematográficos.
Al fina aquel “rodaje duro, muy serio” e interpretar a “un personaje muy rico en matices y trabajar con González Iñárritu que es enriquecedor” tuvo recompensa.
Y como todo no iban a ser desgracias, rodar “Skyfall” de Sam Mendes junto al último James Bond, Daniel Craig, fueron momentos divertidos, “lo pasamos muy bien rodando y le encontramos una debilidad a 007, les descolocamos” [Javier Bardem en ‘Fotogramas’]
“Penélope, mi amor, te quiero mucho”
Penélope Cruz, fiel a Chanel, estaba sentada en la platea del teatro Lumiere del Palacio de Festivales de Cannes, a su izquierda Pilar Bardem, a su derecha, Javier Bardem. Se entrega la Palma de Oro al mejor intérprete masculino que no es otro que Javier Bardem por ‘Biutiful’. El actor se levanta, besa a Penélope, da la mano a su madre, besa a González Iñárritu que se ha levantado para dejarle salir y sube al escenario:
“Comparto esta alegría con mi amiga, con mi compañera, con mi amor. Penélope, te debo muchas cosas y te quiero mucho”.
Ya estaba hecho, lo que era un secreto a voces se convierte en realidad por obra y gracia de sus actores protagonistas: Javier y Penélope.
Era mayo de 2010, el flechazo y posterior romance había comenzado tres años antes durante el rodaje de ‘Vicky, Cristina, Barcelona’, o mejor, en la fiesta de final de rodaje de la película que Woody Allen. Ahora, que si buscamos el origen de todo, hay que remontarse a 1992, a ‘Jamón Jamón’, entonces ya tuvieron sus más y sus menos, pero delante de la cámara; por aquel entonces Penélope Cruz solo tenía 16 años y Javier, 23.
Hasta que el amor triunfó entre ellos, cada uno vivió una intensa vida sentimental. Belén Rueda, Ruth Gabriel y Cristina Payés -una traductora con la que tuvo una relación de diez años- fueron parejas del actor; Penélope fue novia de Nacho Cano, Gigi Sarasola, y los actores Tom Cruise, Matt Damon y Matthew McConaughey, después llegó Javier.
La pareja es más que celosa de su vida familiar (ganaron un juicio a una publicación que informó sobre su boda) y se prodigan poco en hablar de su vida en común. Tras aquella declaración de amor en Cannes, y ya casados -lo hicieron en una ceremonia privada en la casa de Johnny Depp en Las Bahamas-, Javier volvió a declararle todo su amor a Penélope en la entrega de un premio en Palm Springs cuando ya estaban esperando su primer hijo, Leo que nació en 2011. Dos años después nacería Luna. Solo sus íntimos conocen cómo son estos niños cuya privacidad cuidan por encima de todo. “Mis hijos son increíbles. Nos tienen en sus manos. Lo que más me gusta es pasar horas y horas jugando a princesas y dragones con ellos y con mi mujer” [de las pocas veces que Javier Bardem ha hablado de sus hijos, revista ‘Esquire’ 2017]
Pilar Bardem, “nuestra madre, nuestro ejemplo”
Carlos, Mónica y Javier han sufrido este 2021 una pérdida irreparable: su madre. Pilar Bardem, por la que ellos pertenecen a toda una saga relacionada con el cine y el teatro, fallecía en Madrid el 17 de julio a consecuencia de una enfermedad pulmonar.
Para los Bardem, su madre, siempre ha sido un ejemplo a seguir. Por ella sentían todos especial debilidad. “Mi madre se partía el lomo por toda España trabajando en teatro y televisión” recordaba a la revista ‘Esquire’, Javier en 2017. En el comunicado en el que los hermanos Bardem agradecían las muestras de cariño y reconocimiento tras la muerte de la ganadora del Goya por “Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto” pedían: “recordémosla viva, alegre y luchadora”.
Aun estando de gira o rodando, Pilar Bardem siempre estuvo pendiente de sus hijos, algo que no hizo el que fuera su marido y padre de Carlos, Mónica y Javier: José Carlos Encinas Doussinague.
En tan solo dos ocasiones, Javier Bardem ha hablado en público de su progenitor, que se separó siendo él muy niño de su madre y se ocupó muy poco de él y sus hermanos. Esto le llevó al pequeño de los Bardem como reconoció a ‘Esquire’ estar muy enfadado con su padre al que perdonó al final de su vida, casi en el lecho de muerte. “Ahora con 48 años, siendo un hombre, entiendo que uno hace lo que puede”.
En 1996, al recibir el Goya al mejor actor por ‘Boca a Boca’ y tras nombrar en primer lugar a su madre, se lo dedicó a José Carlos Encinas que acababa de morir de leucemia.
En ‘Boca a Boca’ demostró que puede hacer papeles cómicos, sin embargo, siempre prefiere apoderarse de aquellos personajes cuya historia es más bien oscura porque asegura “detrás de cada monstruo hay una persona”.