'Las Hilanderas' tal como son: Velázquez por fin descansa

El cuadro estrena zapatos nuevos: una enmarcación pensada para proteger la maravillosa pintura, que nos permitirá ver la obra original sin los añadidos del s. XVIII

Las hilanderas o la fábula de Aracne. Fuente Museo del Prado

Sefi García

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Velázquez hubiese desatado toda su furia si los dos siglos que separan su obra de las modificaciones que se hicieron en el siglo XVII le permitieran ver la tropelía que sus colegas había hecho con sus Hilanderas, “hubiese montado en cólera” asegura Andrés Úbeda, uno de los responsables de conservación del Museo del Prado. Cinco lienzos perimetrales y el desplazamiento del eje de la obra cambiaban la perspectiva del último de temática mitológica que pintó, convirtiéndolo en una obra costumbrista. El Prado intentó disimularlo en su momento colocándole un marco que tapaba estas adhesiones pero seguía sin ser lo mismo. “Al ser una pintura más grande-explica Andrés Úbeda- lo que consiguieron al margen de la voluntad de Velázquez, fue llevar todos los temas que trata en la pintura hacia el fondo de la composición, es decir, alejar las figuras hacia el fondo de la composición”.

Las Hilanderas muestra la “pelea” entre la diosa Palas y la humana Aracne que la desafió. Aracne aparece de espaldas en la parte derecha del cuadro, y la diosa, de perfil en el lado izquierdo de la pintura, caracterizada como una anciana. Al fondo, Velázquez pintó un tapiz de “el rapto de Europa” ejecutado 40 años antes por Tiziano. Es una maravilla técnica que ahora vuelve a lucir tal y como la concibió el genio sevillano que “crea una especie de perspectiva conceptual de manera que lo que es al principio una taller de hilanderas se convierte al final en una reflexión sobre el arte de la pintura”.

Úbeda nos confeso que no tienen ni idea de porqué se introdujeron estas modificaciones, aunque nos ha contado que era algo habitual en los siglos XVII y XVIII “cambiar el formato de los cuadros, haciéndolos más grandes, como en el caso de las Hilanderas, o incluso mutilándolos para hacerlos más pequeños. No existía el respeto a la propiedad intelectual”.

Es el mismo cuadro, pero el ojo no lo ve igual.. Además de eliminar las modificaciones decimonónicas, Las Hilanderas tienen nueva enmarcación para proteger la obra, y que no proyecta sombras sobre la pintura. Dos siglos llevamos viendo como no es esta maravilla.