Lina Morgan, la dama de la comedia: la tragedia que no superó y el misterio con la herencia

Una neumonía bacteriana fue la causa de la muerte a finales de agosto de 2015 de una de las mejores cómicas de España que este sábado habría cumplido 85 años

María de los Ángeles López Segovia, más conocida como Lina Morgan

Raquel Pérez Polo

Madrid - Publicado el - Actualizado

6 min lectura

El 20 de marzo de 1937, el matrimonio formado por Emilio López Salas y Julia Segovia García aumentaban su familia con el nacimiento de su cuarto hijo, en este caso una niña, a la que pondrían el nombre de María de los Ángeles que con los años se convertiría en una de las mejores actrices cómicas de España bajo el nombre de Lina, Lina Morgan.

Lina nació en plena Guerra Civil en una familia modesta, don Emilio era oficial de sastrería y doña Julia, como la mayoría de las mujeres de aquella España, ama de casa. La familia siempre fue muy importante para los López- Segovia. La tristeza que sufrió Lina tras la muerte de su hermana Julia con la que vivía y compartía hasta cuarto fue parte de su declive fisico los últimos años de su vida.

En una entrevista tras la muerte de su única hermana, el resto eran chicos -Emilio, Julio y José Luis-, y ante su aspecto preocupante, aseguraba que: "Lo que me pasa es que me está costando mucho superar la muerte de mi hermana Julia".

Lina Morgan con su hermano pequeño, José Luis que fue además su manager

Lina Morgan con su hermano pequeño, José Luis que fue además su manager

El "misterio" y la polémica sobre su muerte

Lina fallecía el 19 de agosto de 2015, sin embargo, no se anunció su muerte hasta el día 20. La actriz cómica más famosa de España que había triunfado no solo en el teatro, también en la radio y en la televisión sin olvidar su papel de vedette, moría a los 78 años, en su casa, con la única compañía de Daniel Pontes, su amigo, confidente, chófer y mayordomo.

Pontes, que estuvo junto a Lina Morgan a lo largo de 30 años, había pasado de ser su empleado a ser su tutor legal, el encargado de velar por los intereses no solo económicos de Lina sino también afectivos. Y fue su heredero con la polémica que eso conllevaba con los sobrinos de la vedette, sobrinos que no se habían ni ocupado ni preocupado por ella.

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Porque Daniel Pontes llegó a gestionar hasta las finanzas de Lina cuando esta despidió al que había sido su administrador, Ángel Gutiérrez, por ciertas anomalías. Y fue el que no quería que se pusiera capilla ardiente para cumplir uno de los deseos de su jefa y amiga: "Me dijo que no quería en su funeral plañideras ni gente que no la había querido en vida. Incumplí la promesa, pero me alegré porque creo que me habría pesado siempre" (Contaba Pontes a El Confidencial al cumplirse el quinto aniversario de la muerte de la actriz).

Al final cedió y los madrileños y admiradores de Lina le pudieron dar su último adiós en colas interminables que daban la vuelta al que había sido su teatro, el Teatro La Latina.

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Sobre su herencia, 40 millones de euros según unos, dos millones y un piso, según su heredero, sigue habiendo cierto misterio. Pontes ha confesado que la enfermedad de Lina de los últimos años fue muy costosa, necesitaba dos bombonas de oxígeno al día y contaba con la asistencia de un médico que cobraba casi 1.000 euros al día, más la ayuda de muchas enfermeras.

El amor de su vida: el teatro

Ya como María de los Ángeles López Segovia, ya como Lina Morgan (el Morgan lo decidió por el conocido pirata Henry Morgan), tanto monta, monta tanto, decidió aparcar el amor y dedicar toda su vida a su gran pasión, el teatro, la revista.

De hecho solo se la conoce un novio, Manolo Zarzo al que conoció cuando era bailarina con 14 años y el actor, que formaba parte de la compañía 'Muchachos de España' contaba con dos años más, 16. Manolo Zarzo, que sigue activo sobre las tablas con 87 años, ha contado alguna que otra vez que Lina "siempre dijo que yo fui su primer novio. En aquella época el noviazgo era robar un beso y nada más, el clásico achuchón. Éramos unos críos, vigiladísimos por nuestros padres".

Con 14 años fue cuando Lina dijo en casa que ella "quería ser del teatro". A su madre no le gustó mucho, pero recibió la anuencia paterna, "¡Déjala!" y desde ese momento su vida estuvo ligada al teatro y la revista.

Tuvo que mentir sobre su edad para conseguir su primer papel titular que llegaría en 1956 en 'Mujeres o diosas', aunque su auténtico salto a la fama fue en 1964 junto a Juanito Navarro en diferentes revistas y espectáculos. 'Con dos maridos para mí' consiguieron permanecer en el Teatro La Latina seis meses seguidos.

En 1969 protagoniza la película 'Soltera y sola en la vida' y un año después, la cinta que la catapultaría a la fama en el cine, 'La tonta del bote'.

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'Una pareja distinta', '¿Qué hacemos con los hijos?' o 'Las que tienen que servir' son solo algunas de las muchas películas en las que intervino. Su paso por el cine le permitió ahorrar lo suficiente para formar su primera compañía de revista en el Teatro Barceló.

En la década de los 90, Lina da el salto de la revista a la comedia musical y triunfa con este nuevo género con 'Celeste no es un color' con la que llega con éxito a la televisión, medio en el que también conseguira éxitos notables como 'Compuesta y sin novio' y 'Hostal Royal Manzanares' de Valerio Lazarov. Por cada capítulo, la Morgan cobraba 32 millones de pesetas.

El último episodio fue seguido por más de 7 millones de telespectadores. Sus últimas apariciones en televisión fueron bajo la batuta de José Luis Moreno en episodios de

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El Teatro La Latina, su gran ilusión y la pena por su venta

El Teatro La Latina estaba al lado de su casa, a escasos metros de donde nació y Lina lo tenía claro, cuando tuviera el dinero suficiente compraría el que consideraba su teatro.

Se dice que TELASA (Teatro Latina Sociedad Anónima) que constituyó para adquirir el edificio en 1985, pagó 127 millones de pesetas. Encima de su escenario cosechó grandes éxitos como 'Sí al amor', 'El último tranvía' y el inolvidable '¡Vaya par de gemelas!'

En 2010, lo ponía a la venta y conseguía llevar a cabo una importante operación económica por siete millones de euros ya que dos empresas vinculadas al espectáculo como la madrileña Pentación de Jesús Cimarro, y la barcelonesa Focus de Daniel Martínez, se hacían con el teatro al 50 por ciento.

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Un rostro imborrable que sembró de sonrisas la escena

Y su labor en los escenarios fue reconocida con numerosos premios y condecoraciones como la Medalla de Oro al mérito al Trabajo que le entregaba en 1984 el Rey Juan Carlos. Premios no solo por su carrera de actriz sino también como empresaria como el Premio Mejor Mujer Empresaria de los 90 que le concedió la revista Vogue.

Pero en sus vitrinas relucían el Premio Nacional de Teatro Pepe Isbert, varios TP de oro, el Premio Ondas, la Butaca de plata por su labor artística sin pasar por alto dos grandes condecoraciones: Dama Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo 2010 y Dama Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio 2015.

Entre su público, gentes de toda clase y condición, y compañeros que se querían inmortalizar junto a ella como cuando Mario Moreno, Cantinflas pasó por su teatro.

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