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Luis Tinoco debuta en el largometraje con una ciencia ficción realista

Jose Oliva

Agencia EFE

Publicado el - Actualizado

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Jose Oliva

El director Luis Tinoco ha debutado en el largometraje con la película "La paradoja de Antares", una ciencia ficción realista en la que destila su admiración por "las películas de un personaje en una única localización".

En una entrevista con EFE, Tinoco se declara fan de títulos de esa índole como "La soga", de Alfred Hitchcock, "Saw" o "Enterrado", de Rodrigo Cortés: "Ya me iba bien que fuera ese tipo de película porque a nivel presupuestario y de producción son más pequeñitas y más teniendo en cuenta que yo escribía, dirigía y producía".

En esas películas aprendió Tinoco a "cómo jugar con la luz, cómo iluminar la habitación de diferentes maneras, hacer una claraboya, abrir la habitación con las videollamadas, con las noticias que se ven en una pantalla".

Al llegar la pandemia, el joven director tuvo algo más de tiempo libre para escribir y así empezó con la idea de grabar en una sala que tenía en la productora, todo muy recogido y con muy pocos personajes.

El principal reto, confiesa, fue "conseguir un guión atractivo para mantener al espectador pegado a la pantalla durante dos horas mientras ve a una persona en una sala".

En "La paradoja de Antares", en una carrera contra el reloj, Alexandra se ve obligada a elegir cómo pasar las próximas horas: enfrentándose a un drama familiar crítico o tratando de dar respuesta a una de las preguntas más importantes de la humanidad, si existe vida inteligente extraterrestre.

Para el director, "Alexandra es un tipo de persona que su trabajo coincide con su pasión y está en riesgo de dejar de lado relaciones personales, familiares, trabaja los fines de semana y no le importa dejar de ir al cine, a la discoteca o a celebrar. Cuando se le plantea un conflicto en el que su mejor momento profesional se junta en una misma noche con su peor momento a nivel personal o familiar ahí hay un dilema servido".

Asegura Tinoco que no se planteó si iba a ser un actor o una actriz pues sabía que era "un papel difícil, dramático, en el que tenía que llevar todo el peso de la película encima de sus hombros, y al final llegar a Andrea Trepat ha sido una suerte".

Recuerda el director que en este proyecto ha hecho de guionista, de productor, de operador de cámara, de director de fotografía, e incluso ha tenido que empalmar los fluorescentes del techo y ha contado hasta con la ayuda su padre, un manitas que le ha ayudado con elementos de la sala.

Su intención no era hacer un filme de ciencia ficción, sino que estaba escribiendo "un drama/thriller, porque tiene elementos de contrarreloj y de misterio, pero todos los que han visto la película coinciden en que es una película de género".

Aún así, Tinoco sigue pensando que es "un drama, aunque emplazado en un entorno muy científico: Reciben una posible señal de un planeta lejano, y como no lo hemos recibido todavía, o al menos no lo sabemos, entonces sí que se puede hablar de ficción".

La ciencia ficción, uno de sus géneros favoritos junto con el western, ya se encontraba en su cortometraje anterior, "Caronte", una cinta con naves espaciales y planetas.

Tinoco consiguió hacer esta primera película en sus "ratos libres y fines de semana", porque profesionalmente él se dedica a los efectos visuales en el cine.