Aumentan los países donde es peligroso ejercer el periodismo
Un estudio de Reporteros Sin Fronteras (RSF) concluye que solo en el 24 % de los 180 países analizados la situación puede considerarse satisfactoria
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La libertad de prensa retrocede en el mundo, donde cada vez son más el número de países en los que ejercer el periodismo supone un riesgo y donde las declaraciones de los líderes contra los medios han desembocado en un incremento de la violencia hacia los reporteros.
Así se desprende de la clasificación mundial de la libertad de prensa publicada este jueves por Reporteros Sin Fronteras (RSF), que concluye que solo en el 24 % de los 180 países analizados la situación puede considerarse satisfactoria.
Supone dos puntos menos que en el año anterior, mientras aumentan los regímenes autoritarios que refuerzan su control de los medios.
El secretario general de RSF, Christophe Deloire, denunció un "debate político que se dirige hacia un ambiente de guerra en el que los periodistas son víctimas expiatorias", lo que amenaza los modelos democráticos.
Por tercer año consecutivo, Noruega aparece como el país más favorable al desarrollo de la libertad de prensa, mientras que Finlandia arrebata el segundo puesto a una Holanda penalizada por la amenaza a dos reporteros que investigaban sobre el crimen organizado, obligados a vivir bajo protección policial.
España gana dos posiciones para situarse en el lugar 29, sin grandes novedades con respecto a la pasada edición.
RSF destacó también las progresiones de Etiopía, que avanza 40 plazas para situarse en el puesto 110, y Gambia, que mejora 30 para colocarse en el 92.
En el otro extremo, Turkmenistán, cuyo régimen no ha dejado de endurecer el control de la prensa y proseguir la persecución de los últimos corresponsales clandestinos de medios en el exilio, arrebata la última posición a Corea del Norte, por debajo de Eritrea, China, Vietnam y Sudán.
El informe presta especial atención a Estados Unidos, donde se ha creado "un clima cada día más hostil" para la prensa, que va "más allá de las declaraciones del presidente, Donald Trump".
"Nunca los periodistas estadounidenses habían sido objeto de tantas amenazas de muerte", agrega, lo que ha llevado a niveles desconocidos la contratación de empresas privadas de protección para garantizar su seguridad.
Un esquema que se repite en la India con los periodistas críticos con la ideología nacionalista hindú; en Brasil, donde en la campaña presidencial los reporteros "se convirtieron en blanco de los seguidores de Jari Bolsonaro tanto en el terreno virtual como en el físico", o en Italia, donde el ministro del Interior, Matteo Salvini, amenaza con retirar la protección a Roberto Saviano.
La mordaza crece en regímenes totalitarios como Arabia Saudí, donde el asesinato de Jamal Khashoggi se ha traducido en un incremento del miedo y de la autocensura.
Por regiones, la mayor degradación se produjo en América, donde además de Estados Unidos y Brasil la situación empeoró de forma importante en Venezuela y en Nicaragua, mientras que México se mantiene como uno de los principales escenarios de asesinatos de periodistas, con diez víctimas en 2018.
Pero también reculó la situación en Europa, con asesinatos de periodistas en Malta, Eslovaquia y Bulgaria y ataques verbales o físicos en Serbia o Montenegro, mientras que en Hungría el partido del presidente, Viktor Orbán, sigue despreciando a los medios.
Capítulo especial dedica a Francia y a los ataques recibidos por los informadores, sobre todo de televisiones, que cubrían las manifestaciones contra el poder de los llamados "chalecos amarillos".
"El odio a los medios de comunicación, característica importante del enfado de los 'chalecos amarillos' en Francia, es la ilustración más preocupante" de los ataques verbales a reporteros que han crecido en el último año, según el informe.