COMUNICACIÓN INFLUENTES
La autorregulación, un reto para los influentes ante una ley que va atrasada
El fomento de la autorregulación es uno de los retos en el ámbito de los influentes en redes sociales, ante una ley que va por detrás de la realidad de un sector que avanza con tal rapidez que no permite dar una respuesta, como se ha puesto de relieve en una jornada celebrada este martes en Málaga.
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El fomento de la autorregulación es uno de los retos en el ámbito de los influentes en redes sociales, ante una ley que va por detrás de la realidad de un sector que avanza con tal rapidez que no permite dar una respuesta, como se ha puesto de relieve en una jornada celebrada este martes en Málaga.
El docente de Historia Juan Jesús Pleguezuelos (@elprofesorinquieto) ha apuntado sobre el término "influencer" (influente) que le gustaría que se le reconociera así, "pero no por el número de seguidores, sino por aportar un valor a la gente o ayudar a construir algo mejor".
Durante su intervención en una mesa redonda dentro de la jornada "Andalucía Influye", Pleguezuelos ha admitido que le haría "ganar muchos seguidores hacer vídeos sobre polémicas, pero eso es lo que sobra en las redes" y no va a "entrar en una guerra de trincheras".
Ha recordado que empezó a hacer pódcast hace unos seis años, y ha añadido: "Desde el principio recomendé a mis alumnos que escucharan mi lección en los pódcast, y al principio costaba, pero después los alumnos me los demandaban".
Ha advertido de que los jóvenes "viven en las redes sociales y toman todos sus valores de las redes sociales, los buenos y los malos", algo que "ha ido a peor en los últimos cinco o seis años".
Y sobre el rendimiento económico, el profesor señala que "se gana poco en proporción a las horas que se echan" y que "cuesta hacer entender a la gente que es algo que gusta y que no importa que sea gratis".
Por su parte, el mago Adrián López (@adrilox7), que tiene 1,4 millones de seguidores en TikTok y colabora con el programa "Enreda2" de Canal Sur, explica que propone en redes "juegos de magia para principiantes", algo que considera "bonito", porque él aprendió los primeros en su niñez con Youtube.
La primera publicidad que difundió en redes fue para una marca de caramelos y lo hizo "encantado", aunque no le pagaron nada y solo le enviaron "un lote" de sus productos, y después sí llegaron "más colaboraciones en las que pagaban", por lo que "se convierte en un trabajo y hay que profesionalizarse", aunque detalla que nunca trabajaría para casas de apuestas.
María Moreno (@conlatrupeacuestas), que comparte en las redes sus experiencias como madre de nueve hijos, admite que se ve reflejada en el término "influencer", aunque a veces tenga "una connotación negativa", pero "es verdad que se influye".
En cuanto a los límites que se marca, asegura que no permite que ella o su casa sean "un producto", porque no se siente "capaz", y añade que en redes "hay un escaparate que está confundiendo a la juventud actual".
Ha recibido propuestas de marcas pero no las ha aceptado porque no se siente "cómoda", subraya Moreno, que no se ve "dedicada profesionalmente" a esta labor.