Central Park: Simon & Garfunkel juegan en casa
Esta semana se han cumplido 37 años del mítico concierto que ofreció el dúo en el famoso parque neoyorquino ante más de medio millón de personas
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Central Park tiene miles de recuerdos en cada una de sus esquinas. Pero quizá, una de las mejores maneras de disfrutar este inmenso pulmón de naturaleza es caminar por sus jardines rememorando y escuchando el histórico concierto que dieron Simon & Garfunkel aquí, el 19 de septiembre de 1981. Más de medio millón de personas asistieron al evento.
El dúo volvió a juntarse -después de separarse en 1970- para tocar en casa, literalmente, y recaudar fondos para el maltrecho estado del parque neoyorquino, afectado por la delincuencia y el mal cuidado de sus jardines. La respuesta de los locales fue masiva, un concierto benéfico que superó todas la expectativas. El concepto de un concierto benéfico en Central Park había sido propuesto por el Comisionado de Parques, Gordon Davis, y el promotor Ron Delsener. El canal de televisión HBO acordó llevar el concierto, y trabajó con el propio Delsener para decidir que Simon & Garfunkel serían los artistas apropiados para este evento.
En aquel momento, tanto Paul Simon como Art Garfunkel eran dos de los personajes más queridos y conocidos de la ciudad de la Gran Manzana. Sobre todo Simon, que estaba saliendo con la archiconocida actriz Carrie Fisher, la princesa Leia de la saga de cine Star Wars. La pareja de moda, que a la vez fue autodestructiva, ya que contrajeron matrimonio en 1983, divorciándose antes de cumplir un año juntos. Sin embargo, esa tortuosa relación le sirvió al menudo del dúo para inspirarse en muchas de sus canciones en solitario. Venía de publicar el disco 'Still Crazy After All These Years' en 1975, que había tenido muy buena acogida, y otro en 1980, 'One-Trick Pony', que no corrió la misma suerte.
Por otro lado, estaba Artie, el chico alto con el pelo rubio rizado, la cara amable, angelical, y menos conflictiva del dúo. Había hecho sus pinitos en el cine como actor en películas minoritarias, y estaba en su momento cumbre como artista en solitario, después de publicar un mes antes del concierto el disco 'Scissors Cut'. No destacaba por su talento como compositor, ya que la mayoría de canciones no eran suyas, pero la voz y la presencia del neoyorquino seguían calando en la sociedad, y bien se notó durante aquella fría tarde-noche de septiembre.
Porque esa era una de las grandes dudas, que un concierto del perfil de un grupo folk fuera lo más apropiado para una sorprendente noche fría durante el mes de septiembre. Pero no fue, ni mucho menos, un problema. El dúo contaba para la ocasión con una banda detrás de primerísimo nivel, con los arreglos orquestales pertinentes para levantar a más de uno del tapete verde del Great Lawn, el espacio central abierto de Central Park. Lo de los arreglos con la banda fue algo que le molestó y mucho a Garfunkel, ya que él quería que el dúo sonara como en los años 60, solo con el sobrio acompañamiento de la guitarra de Simon.
Pero este último, que había sufrido una lesión en su mano derecha y que le impidió tocar durante un tiempo -de hecho, minó en exceso su confianza-, quiso contar con una banda para mitigar posibles fallos a la hora de tocar. Los ensayos, que tuvieron lugar en un teatro de Manhattan, fueron un completo desastre. Simon quería ofrecer una actuación en solitario y que al final del concierto se uniera Garfunkel para interpretar sus temas conjuntos. Pero el chico de pelo rizado no veía el sentido en que un concierto de los dos fuera abierto solo por Simon. Al final, llegaron a un acuerdo y se decidió tocar canciones de los dos con puntuales interpretaciones de Paul Simon en solitario.
La banda estaba formada por el guitarrista de Billy Joel, David Brown; el guitarrista de 'Muscle Shoals', Pete Carr; Anthony Jackson en el bajo; Rob Mounsey en los sintetizadores; John Eckert a la trompeta, John Gatchell como segundo trompeta; Dave Tofani al saxofón; Gerry Niewood como segundo saxofonista; Steve Gadd y Grady Tate a la batería y la percusión, respectivamente; y Richard Tee al piano. Todos los ingredientes necesarios para conmemorar una fecha que marcaría un hito en la historia de la música.
Los primeros espectadores llegaron al amanecer a Central Park portando sillas y mantas de picnic -al más puro estilo de Woodstock '69- para asegurar un buen sitio para el concierto. El Departamento de Parques esperaba en un principio la asistencia aproximadamente de unas 300.000 personas. Incluso pensaban que la lluvia, que cayó durante todo el día y continuó hasta el inicio del concierto, reduciría la cifra. Pero nada más lejos de la realidad. El espectáculo fue uno de los más multitudinarios de la historia de la música, superando, como hemos señalado, el medio millón de personas.
El telón de fondo del escenario mostraba una azotea urbana con un tanque de agua con salida de aire, como una especie de símbolo del horizonte de Nueva York. Al caer el sol, la banda de acompañamiento subió al escenario, seguido por el alcalde -por aquel entonces- de Nueva York, Ed Koch, quien anunció: "¡Damas y caballeros, Simon y Garfunkel!". El dúo entró por una puerta lateral del escenario, tomó el centro del escenario en medio de los aplausos enfervorecidos y emocionados de la audiencia. Simon iba enfundado en un traje negro sobrio y con una camiseta blanca básica. Garfunkel, algo más informal, vestía con un vaquero azul, camisa blanca y chaleco negro, y mantenía intacta -eso sí, con algo menos de pelo- su clásica melena rizada. Tanto Simon como Garfunkel se miraron, se dieron la mano, y comenzaron el concierto con su gran éxito de 1968 'Mrs. Robinson'. Nada hacía pensar que este dúo tuviera tan mala relación. Eso, o que disimulaban a la perfección.
Después de 'Mrs. Robinson' y el atronador aplauso del público, le siguió la no menos conocida 'Homeward Bound', que también fue recibida con entusiasmo. Marca de la casa, la versión más sobria y clásica del dúo, a dos voces y con el único acompañamiento de la guitarra de Simon. Nada más terminar esta canción, Simon pronunció un breve discurso en el que dijo: "Bueno, es genial hacer un concierto de barrio", lo que provocó una respuesta masiva entre los asistentes. Luego, agradeció la labor del Departamento de Policía de Nueva York, del Departamento de Bomberos, de la Administración de Central Park y finalmente a Ed Koch, el alcalde neoyorquino, por hacer posible un concierto de estas características. El público abucheó las palabras de agradecimiento a Koch, pero aplaudió de nuevo mientras Simon continuaba con el discurso, en el que también agradeció a toda esa gente que está ahí detrás del telón, que no se les ve, pero que hacen que todo salga a la perfección. La noche prometía.
Simon & Garfunkel tocaron 21 canciones en total: diez del dúo; ocho de Simon en solitario; una de Garfunkel; un cover de The Everly Brothers, 'Wake Up, Little Susie', y una versión de Chuck Berry, 'Maybellene', enlazada con la canción en solitario de Simon, 'Kodachrome'. Cada intérprete cantó solo en solitario tres canciones, incluyendo una nueva canción de cada uno. Garfunkel interpretó el clásico de Simon & Garfunkel 'Bridge Over Troubled Water' y 'April Come She Will', además de 'A Heart in New York'. Las actuaciones en solitario de Simon fueron la canción principal de su álbum de 1975, 'Still Crazy After All These Years', y 'The Late Great Johnny Ace', que aparecería más tarde en su álbum de 1983 'Hearts and Bones'.
La historia con 'The Late Great Johnny Ace' fue un poco accidentada durante el concierto, cuando un espontáneo saltó al escenario y le gritó a Simon de forma violenta: "¡Tengo que hablar contigo!". El hombre fue inmediatamente apartado por los cuerpos de seguridad, y Simon terminó la canción sin demasiados sobresaltos. El incidente provocó asociaciones con la letra de la canción, en la que Simon habla como narrador en primera persona sobre la muerte de Johnny Ace, John F. Kennedy y John Lennon. El asesinato del mítico Beatle por parte de un fan trastornado tuvo lugar menos de un año antes, no muy lejos del sitio del concierto, en el edificio Dakota. A pesar de esta asociación, Simon dijo que no le tenía miedo a ningún incidente en el escenario.
Las letras que hacían referencia a la ciudad de Nueva York producían de forma casi instantánea aplausos y reacciones por parte del público. Y no fueron pocas. Quizá, la más directa fuera la oda de Garfunkel a su ciudad natal en 'A Heart In New York', que describe desde el punto de vista del neoyorquino ante el primer atisbo de la ciudad cuando regresa en avión a la ciudad. Una canción y una letra que hacía incluso referencia al mítico parque: “Nueva York, mirando hacia Central Park, donde dicen que no debes vagar por la noche”. Frase que también fue aplaudida con fervor.
El perfil del público asistente era de lo más variopinto. En aquella época, en la que la cinta de cassette mandaba, además del vinilo, era muy normal ver a gente acudir con micrófonos y radios para grabar los conciertos. Muchos de ellos portaban esos micrófonos sujetados en la cabeza a modo de cinta de pelo, y grababan los conciertos de forma casera. Había familias enteras, parejas, gente joven que no los vivió durante los años 60, personas ya entradas en años que sí que llegaron a verlos antes de separarse... Un concierto intergeneracional que aglutinó todo tipo de clases sociales.
La canción 'The Boxer', otro de los buques insignia del dúo, contenía una estrofa adicional no incluida en la versión del álbum, en la que Simon y Garfunkel agradecieron la asistencia al público y abandonaron el escenario, pero regresaron para ofrecer tres canciones: 'Old Friends / Bookends Theme', 'The 59th Street Bridge Song (Feelin 'Groovy)' y la archiconocida 'The Sound of Silence'. Los aplausos estallaron durante esta última, canción emblema del dúo. Pone la piel de gallina cuando ambos cantan ante la gran multitud en la oscuridad: “Y a la luz desnuda vi a diez mil personas, tal vez más”. Esto provocó una reacción desatada por parte del público, ya que superaba con creces a las 10.000 personas.
Luego de terminar 'The Sound of Silence', Simon señaló que su idea de disparar fuegos artificiales había sido desestimada, y le llegó a decir al público: "¡Tengamos nuestros propios fuegos artificiales!". Muchos de los espectadores encendieron sus propios mecheros para iluminar la oscura noche y aportar algo de calor a una velada de ensueño. El dúo presentó a los miembros de la banda de acompañamiento y dio un bis final, una repetición del tema en solitario de Simon 'Late In The Evening'. El público volvió a bailar y a saltar de la emoción con este tema final, que fue la guinda del pastel de una tarde y una noche para el recuerdo.
Una noche en la que los propios Simon y Garfunkel no fueron conscientes del impacto que tuvo. Simon llegó a señalar ante los medios, al día siguiente, que se enteró de toda la gente que acudió cuando vio los vídeos por la televisión y leyó los titulares de la prensa. Ahí, realmente, se dio cuenta de la magnitud del evento. Sin embargo, el concierto no fue del gusto del dúo. Garfunkel seguía muy molesto por los nuevos arreglos musicales a las canciones de los dos que Simon agregó con el paso de los años. Se puso en duda que llegara a ciertas notas agudas en canciones en las que Artie mostraba todo su poderío vocal. De hecho, cuando hablaba ante los medios, siempre señalaba que le defraudó el resultado final, y que en parte la culpa era de Simon. Y este último no estaba tampoco satisfecho porque no había podido plasmar todo el repertorio en solitario que él quería. La eterna relación amor-odio de los antiguos compañeros de escuela.
A pesar de todas estas autocríticas, esta reunión provocó que muchos de los asistentes y la prensa especializada se preguntaran si Simon y Garfunkel se llegarían a juntar para grabar material nuevo juntos desde 1969. Y esa fue la intención. El reencuentro en Central Park limó, aunque muy levemente, las asperezas entre los dos, y llegaron a meterse en el estudio ese mismo año. Pero volvieron los problemas, Simon monopolizaba toda la composición y la orientación musical del disco y Garfunkel 'solo' cantaba y acompañaba a su amigo. Finalmente, la situación se tornó de nuevo insostenible y no hubo disco. En realidad sí, pero Paul Simon borró todas las partes en las que cantaba Art Garfunkel, dejando únicamente su voz. Y ese disco sería el siguiente de su carrera en solitario, el 'Hearts And Bones', publicado en 1983.
Sea como fuere, Nueva York, ciudad con numerosos emblemas de la civilización moderna de Occidente, mostró en 1981 otro de sus grandes símbolos: el de la música, el de dos de sus chicos predilectos jugando en casa, en Central Park. Un concierto histórico que dejó el poso de dos artistas que bien merecen un reconocimiento por todo lo que han aportado a la música. Y el pulmón de naturaleza que los vio crecer le dio la oportunidad de ofrecer, como bien señaló Simon, un concierto de barrio.