Fallece Olivia de Havilland a los 104 años, la última estrella del Hollywood dorado
La intérprete murió en la noche del pasado sábado «en paz mientras dormía», según ha informado "Entertainment Weekly"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Ha muerto a los 104 años Olivia de Havilland, la última estrella del Hollywood dorado, en su casa en París, según ha informado «Entertainment Weekly». La intérprete murió en la noche del pasado sábado «en paz mientras dormía», según fuentes de la citada publicación.
Dos veces ganadora del Premio de la Academia a la Mejor Actriz se quedó el pasado mes de febrero, con la muerte de Kirk Douglas, como única representante de la edad dorada de Hollywood. De Havilland (inolvidable Melania de Lo que el viento se llevó, y que cumplió 104 años el 1 de julio), ha sobrevivido también a su hermana, Joan Fontaine, con quien tuvo una rivalidad antológica que empezaba hasta en su apellido.
Su rivalidad con su hermana
Hace tres años, se atrevió a hablar de un tema, el del supuesto odio hacia su hermana, que había esquivado durante décadas. "Una disputa implica una conducta hostil entre dos partes. No puedo pensar en un solo caso en el que iniciase un comportamiento hostil, pero puedo pensar en muchas ocasiones en las que mi reacción fue de defensa ante un comportamiento desconsiderado de ella".
Hoy el Hollywood dorado se queda definitivamente huérfano y por mucho que su hermana se burlara de ella, Olivia de Havilland acumuló más nominaciones y premios Oscar que su hermana. La intérprete británica-estadounidense obtuvo los dos galardones a mejor actriz protagonista por 'La vida íntima de Julia Norris' y 'La heredera'.
Durante su ilustre carrera cinematográfica, De Havilland también se alzó con dos Premios del Círculo de Críticos de Cine de Nueva York , el Premio National Board of Review a la Mejor Actriz, y la Copa Volpi del Festival de Cine de Venecia.
Por sus contribuciones a la industria cinematográfica, recibió una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Durante los últimos años de su vida se recluyó en Francia, cerca de la capital, y la vimos entregar un Oscar en 2004. En aquella ocasión no hubo figura pública que no se levantó de su asiento y se pusiese en pie para aplaudirla.