Las heridas de Puppy
La obra de Jeff Koons que da la bienvenida al museo Guggenheim de Bilbao necesita una restauración que cuesta 100.000 euros
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Puppy es un cachorro de West Highland White Terrier de más de 12 metros de altura y 16 toneladas de peso. Está armado sobre una estructura metálica recubierta por 38.000 plantas de flor que se renuevan dos veces al año: para la primavera y para el otoño. Lleva 25 años casi guardando las puertas del museo de arte contemporáneo bilbaíno y el tiempo le ha pasado factura.
Tiene “problemas circulatorios” nos explica Ala López de Munain, la portavoz del museo. Los conservadores entienden que hay que sustituir todo el entramado de tuberías que conducen el riego y “hacerlas más sostenibles” para acomodar la necesidad de agua solo a las plantas que embellecen la obra y adaptar el riego a las condiciones ambientales de un Bilbao más bien húmedo. Para ello, además de la sustitución de los conductos, informatizarán el “reloj” que marca los tiempos.
También tiene “problemas de huesos”. A pesar de la simpleza que muestra el cachorro, la estructura interna es muy complicada… y de metal. Tendrán que sustituir algunos componentes y reforzarlos.
No le falta tampoco algún problemilla de piel: cambiarán las diferentes capas que fijan el sustrato que a su vez nutre las plantas (como son el mallazo metálico y tela geotextil) .
Los trabajos de restauración del ‘esqueleto’ de acero, el sistema de riego y las diferentes capas que fijan el sustrato de las plantas se iniciarán en octubre, coincidiendo con el cambio de plantas y durarán al menos 3 meses.
Explica el museo que es una actuación “preventiva”, para que Puppy aguante al menos otros 25 años.
El coste de esta puesta a punto es de 100.00 euros y el Guggenheim ha pedido ayuda a sus vecinos: hace un mes abrió una campaña de micromecenazgo para arrimar algún dinero para la restauración “con la idea de implicar a la sociedad dado que Puppy es un emblema y una obra muy querida”. No les va mal. En un mes han conseguido el 20%, unos 20 .000 euros.
La obra de Jeff Koons costó al Guggenheim hace 25 años un millón doscientos mil dólares. La presentación mundial se hizo lejos de Bilbao, en Sidney, en el Museo de Arte Contemporáneo en 1997. Meses después, la Fundación Salomon Guggenheim la compraba para incorporarla a su colección.
El guardián amable del museo bilbaíno tendrá una nueva vida tras esta puesta a punto.