Pérez Reverte: "La ola nazi siempre está ahí y siempre llega"

El escritor culmina con 'Sabotaje' la trilogía dedicada al espía Lorenzo Falcó

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Pérez Reverte: "La ola nazi siempre está ahí y siempre llega"

Ramón García Pelegrín

Madrid - Publicado el - Actualizado

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LORENZO FALCÓ, el espía esculpido en el blanco y negro de los años treinta por Arturo Pérez Reverte, afronta su misión más arriesgada: apagar (de momento) el interruptor para quedarse en estado de hibernación. Así lo ha decretado el autor de la fría y lúcida mirada mercenaria del famoso espía tras culminar, con la novela Sabotaje, la trilogía dedicada a este asesino con déficit estructural de ética pero con un encanto canalla reventando todas sus costuras. Pérez Reverte acaba de presentar en la capital francesa su última novela. El creador del mito Alatriste ambienta las 372 páginas de este tercer y último capítulo de la saga Falcó en el París luminoso e inquietante de 1937, en plena guerra civil y con los tambores de la segunda guerra mundial comenzando a sonar en el horizonte europeo. El escritor y académico ha buscado enlazar lo que pasó en aquellos años treinta con lo que está ocurriendo en la Europa de 2018. “Pensamos ahora como pensaban entonces que estamos a salvo”, afirma con lucidez e inquietud Pérez Reverte, “pero la ola parda de los nazis siempre está ahí y siempre llega. Los nazis pueden volver en cualquier momento y hacerte otra noche de los cristales rotos. Auschwitz siempre está ahí”. Pérez Reverte incluso va más lejos y vaticina: “habrá una nueva crisis más gorda que la anterior; hay señales de alarma pero no las queremos ver. Yo sé lo que va a pasar y el zambombazo va a ser espectacular”.

EL FALCO MÁS SALVAJE

En Sabotaje Lorenzo Falcó se presenta más salvaje y canalla que nunca frente a la doble misión que le ha encargado el Almirante, el jefe supremo del espionaje de la Falange. Es mayo de 1937 y Falcó tendrá que viajar a París para intentar destruir el inmenso mural que Picasso está pintando para denunciar, ante la comunidad internacional, la atrocidad del bombardeo de Guernica. Además, aprovechando que el Sena pasa por París, Falcó deberá hacer todo lo posible por desprestigiar al intelectual comunista Leo Bayard (trasunto literario del escritor de izquierdas André Malraux) hasta conseguir echarlo a los leones del estalinismo, que no se anda con chiquitas. Por en medio, Falcó saltará de cama en cama y se cruzará por el camino con personajes históricos como Hemingway, Marlene Dietrich o el propio Picasso.

En el legendario café parisino “Les Deux Magots” comienza un recorrido periodístico literario por los escenarios de Sabotaje. Pérez Reverte asegura que “para Falcó torturar o matar es como fumarse un cigarrillo. Yo he conocido gente así. En esta novela intento recuperar la naturalidad del horror”.

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CRITICAS A LOS INTELECTUALES

Entre cafés y cruasanes, Pérez Reverte arremete con su habitual vehemencia contra el papel de los intelectuales durante la guerra civil: “Es una injusticia histórica. El intelectual siempre termina desplazando a los auténticos protagonistas anónimos de un conflicto. En nuestra guerra civil, Rafael Alberti, Pasionaria o Santiago Carrillo se llevaron los focos que debían haber sido para los soldaditos que participaron en batallas como la del Ebro”.

Pérez Reverte también nos explica por qué va a dejar reposar ahora a Lorenzo Falcó tras culminar esta primera trilogía, cuyas dos primeras novelas han vendido hasta el momento medio millón de ejemplares: “Por supuesto que puede haber más novelas de Falcó en el futuro. No me cierro ningún camino porque Falcó me divierte muchísimo, pero ahora mismo tengo una novela histórica en la cabeza con la que ya me he puesto. A lo mejor sale el año que viene o en 2020”.

PICASSO Y EL GUERNICA

El recorrido se detiene ante un escenario clave de Sabotaje: el estudio donde Picasso creó el Guernica en el 7 de la Rue des Grands Augustins. Pérez Reverte no se muerde la lengua: “Picasso no pintó el Guernica por hacer un favor a la República sino por dinero. Cobró mucho por pintarlo. Y eso que a la República no le gustó el cuadro de Picasso. El propio comisario de la exposición en París, que era vasco y republicano, dijo que Picasso se había cagado en Guernica, la República y Euskadi. El tiempo ha colocado este cuadro en su sitio” afirma Pérez Reverte al que el Guernica gusta pero tampoco demasiado. “Prefiero otras obras de Picasso”, reconoce el escritor nacido en Cartagena en 1951. Frente a la puerta del mítico estudio, Pérez Reverte añade que toda la trama del atentado contra el Guernica por parte de Falcó es pura invención aunque algo así pudo haber pasado”.

DETESTO ESCRIBIR

El itinerario novelesco concluye frente al lujoso hotel Madison de París donde Falcó se refugia en la novela. Arturo Pérez Reverte se despide con una afirmación sorprendente: “Detesto escribir, no me gusta nada. Lo que sí me gusta es imaginar la novela, los personajes y situaciones de la historia. Creo que escribo novelas para vivir ese trabajo previo de la imaginación”.

Señoras y señores, Lorenzo Falcó se despide de ustedes (de momento) tras este Sabotaje que salta a la arena este miércoles 3 de octubre con una primera edición de cien mil ejemplares. Quizás en el futuro ciudades como Roma, Lisboa o La Habana sean el telón de fondo de las peripecias y aventuras del espía más sanguinario y seductor.

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