Sale a la luz un secreto de 'Las Meninas' gracias a una misteriosa pieza de cerámica
Un jarrón mexicano fabricado de cerámica se ha convertido en una nueva forma de percibir el famoso cuadro de Velázquez
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Una de las obras artísticas más importantes relacionadas con el mundo de la pintura es, sin lugar a dudas, la obra de Velázquez denominada como "Las Meninas".
En esta obra, podemos apreciar el juego constante que hay entre las sombras y los espejos que nunca han dejado de intrigar a todo aquel que se posiciona delante de ella para presenciar una pintura de tal calibre.
No obstante, un detalle que está a la vista de todos pero que no llama mucho la atención, es la existencia de un jarrón de barro que encontramos justo en el centro del lienzo que da un sentido diferente al cómputo general del cuadro ya que sin este objeto, se apagaría el misterio de la obra que durante tanto tiempo ha llamado la atención de los investigadores por más de tres siglos y medio.
Para analizar este relevante rasgo que aguarda el cuadro, lo primero que debemos de hacer es tener en cuenta en qué época tuvo lugar esta pintura, su contexto cultural y qué es lo que se proponía tratar.
Personajes destacables
El primer personaje o uno de los más llamativos que muestra la imagen es el autorretrato del artista que en aquel momento tenía 57 años antes de su muerte en 1660.
Esta figura del pintor resulta llamativa por el simple hecho de que parece que el objetivo de la pintura somos nosotros al estar en frente de ese pintor que no para de mirar lo que tiene en frente de él.
Por otra parte, lo que encontramos en el centro de la pintura son las figuras de la infanta Margarita, hija del rey Felipe IV y Mariana de Austria.
Diferentes percepciones
El cuadro en sí mismo, alberga muchos misterios y diferencias a la hora de interpretarlo por el simple hecho de lo que encontramos en él.
Por un lado, está la misteriosa presencia de los monarcas quienes por lo que se conoce, no estuvieron en ningún momento delante del pintor, por lo que el reflejo que podemos ver en el cuadro, simplemente es fruto de la imaginación de un Velázquez que, como destaca la BBC, "obliga a concluir que es una obra filosófica sobre la sustancia de la sustancia y la proximidad del aquí y ahora, tanto como una imagen congelada de una escena de la animada vida palaciega".
El jarro
Un objeto que de primeras es fácil de ignorar, como hemos destacado en el inicio del artículo, pero que da un giro de 180º al sentido de la obra en sí misma.
Este modesto jarro ha sido reconocido por los contemporáneos como la materialización de las propiedades que alteran mente y cuerpo.
Como aparece en la BBC, "según el historiador del arte Byron Ellsworth Hamann, que ha estudiado minuciosamente el origen de muchos de los objetos que aparecen en los cuadros de Velázquez, incluida la bandeja de plata de "Las Meninas", el brillo característico del jarro y el tono rojizo lo distinguen como un producto de Guadalajara, México".
Este objeto recibe el nombre de búcaro y era uno de los más preciados entre los exploradores españoles del Nuevo Mundo. Entre las funciones de este jarro, se ha podido conocer que cualquier líquido que estuviera en su interior, quedaba perfumado pero aparte, este también provocaba alucinaciones.
"En los círculos aristocráticos españoles del siglo XVII se convirtió en una especie de moda que las niñas y mujeres jóvenes mordisquearan los bordes de estos jarros de arcilla porosa y lentamente los devoraran por completo. Una consecuencia química de consumir la arcilla extranjera era un dramático aclaramiento de la piel hasta adquirir un tono casi fantasmal, lo que en aquella época era una aspiración estética y una demostración de riqueza y de que el sustento de uno no dependía de un trabajo realizado bajo el sol que oscurecía la piel", señala el medio de comunicación.
En aquel momento, consumir arcilla (teniendo en cuenta estos efectos) era menos peligroso que untarse la cara con una pasta veneciana fabricada por medio de plomo, vinagre y agua.
De esta manera, el sentido de la obra se amplía hasta tocar aspectos como el físico, psicológico y espiritual en sus implicaciones debido a que el búcaro es un ojo por el que se puede vislumbrar el significado más escondido de la obra de Velázquez.