Sitges premia al "gran mago" de los efectos especiales Colin Arthur

El británico Colin Arthur, considerado como uno de los "grandes magos" de los efectos especiales y el maquillaje en el cine, ha recibido este miércoles el Gran Premio Honorífico del Festival de Sitges, con el auditorio en pie dedicándole un largo aplauso, que ha acogido muy emocionado.

El director del certamen, Ángel Sala, le ha entregado el galardón, después de recordar que se trata de uno de los especialistas más reconocidos de su ámbito, encargado de las máscaras de los simios de "2001: Una odisea del espacio", o de Falkor, de "La historia interminable".

Sala, antes de cederle la palabra, ha afirmado que es merecedor del premio por "ser uno de esos magos que ha creado magia de la que se puede sentir y tocar, de la que queda". "A muchos, nos hizo amar el cine fantástico", ha proclamado.

Arthur, que también ha participado en películas españolas como "Abre los ojos" y "Hable con ella", y que trabajó en los años setenta con Ray Harryhausen, fue clave en otras cintas como "Conan, el bárbaro", que hoy se ha proyectado en el festival.

Asimismo, es protagonista del documental "El valle de Concavenator", de Víctor Matellano, y que se puede ver en la sección Documenta, en una obra en la que también está el mítico Jack Taylor y el paleontólogo José Luis Sanz, uno de los descubridores del Concavenator en Cuenca.

Colin Arthur ha agradecido el premio del festival, al que ya había acudido en anteriores ocasiones -residió unos años en España cuando estableció su taller de efectos especiales Dream Factory- y a todos aquellos que confiaron en él como el mismo Ray Harryhausen, sin olvidar a los directores que les gustan o les gustaban los efectos especiales, desde Sam Peckinpah y Stanley Kubrick a Steven Spielberg.

Tampoco ha olvidado que Roman Polanski, con el que coincidió en el mismo edificio cuando preparaba los efectos de "2001: Una odisea del espacio", le grabó algunos de los ruidos que provocaban las máscaras y los utilizó en algunos de sus filmes.

A la vez, ha recordado que su esposa le ha ayudado a lo largo de los años con su dislexia y su memoria.

En otro momento del discurso, ha rememorado que en el año 1990 ganó el Goya a los mejores efectos especiales por "La grieta". "Gracias, ha sido un privilegio", ha concluido.