El tremendo incendio que arrasó Valladolid
El 21 de septiembre de 1561 se inició el gran incendio que destruyó la décima parte de la ciudad castellana
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Tal día como hoy, un 21 de septiembre de 1561, se inició el gran incendió de Valladolid. El fuego, que duró unas 50 horas, acabó con la décima parte de la ciudad castellana, y todo ello a pesar de que más de 3.000 personas entre las que se encontraban vallisoletanos, religiosos de diversas órdenes y gente de las aldeas vecinas ayudaron en la lucha contra el fuego.
El incendio se había iniciado en la casa del platero Juan de Granada, situada en la calle de la Costanilla, la actual calle de Platerías que hace esquina con la de Cantarranas. El fuerte viento del este, que más tarde varió a suroeste, expandió el fuego en todas las direcciones. Un hecho que complicó las labores de extinción.
El incendio, que duró unas 50 horas, se cree que acabó con la vida de 6 personas y destruyó cerca de 600 edificios, entre los que se encontraban la plaza del mercado y la mayor parte de las casas del barrio de los artesanos, que se encontraba situado entre la calle de la Pasión y la calle Teresa Gil.
El incendio, que arrasó la décima parte de la ciudad vallisoletana, quedó controlado el 23 de septiembre. Al día siguiente se contruyeron tiendas y talleres provisionales y se realojó a los afectados por el incendio en casas de otros vecinos.
El ayuntamiento de Valladolid puso en conocimiento del Rey Felipe II la catástrofe. El Rey, que había trasladado la Corte a Madrid, recibió la solicitud de la mano del corregidor de la ciudad, Luis Ossorío. Al conocer la noticia dictó 63 cédulas y ordenó enviar provisiones con las que poder reconstruir el centro de la ciudad.
El suceso había dejado grandes explanadas sin construir en el centro de la ciudad, lo que permitió al centro de Valladolid desarrollar los nuevos estilos de contrucción que se estaban extendiendo en nuestro país. Primero el herreriano y posteriormente el barroco. La reconstrución fue liderada por Francisco de Salamanca, que se encontraba bajo la supervisión de los arquitectos reales, que duró hasta el año 1576. A esta etapa pertenecen edificios como la Catedral de Valladolid, la Plaza Mayor y la Iglesia de San Benito.