Villanueva deja una RAE más abierta, sin deudas: “No permitiremos que se censure el diccionario”

Ingresó en junio de 2008  y en septiembre quebró Lheman Brothers, y empezó la crisis. De esos 10 años, 9 ha estado con responsabilidad en la Academia, ya que antes de dirigirla fue Secretario. “ Los presupuestos cuando entré se estaban liquidando con un déficit de unos dos millones y medio de euros, conseguí rebajarlo en torno al medio millón, pero no he conseguido equilibrar las cuentas ni he logrado la tranquilidad de la sostenibilidad económica de la academia estaba garantizada”. Aun así le deja un regalo importante a Muñoz Molina: ha conseguido un acuerdo con China para que oferte el español a sus sesenta y cinco millones de estudiantes de secundaria que conlleva el uso  de la plataforma de servicios lingüísticos de la RAE, “un instrumento único en el mundo” a cambio de un retorno económico que tendrá que negocias su sucesor. El asunto financiero es la espinita “pero también la satisfacción está en que a parte de la reducción de déficit anual, la plantilla de 80 personas  ha cobrado y se mantiene y la Academia no tiene deudas, déficit si, pero no deudas y espero que no las tenga nunca”.

En los últimos tiempos, nos ha dicho,  la presión desde la corrección política está afectando mucho a la RAE “como si la academia fuera la responsable de la existencia a de palabras que designan cosas reprobables. La academia tiene que recoger lo que hay, no inventa, no promociona, no propone”. Para Darío Villanueva “cada individuo tiene su criterio para expresarse de una manera o de otra, pero nunca, nunca vamos a censurar el diccionario, porque sería censurar la lengua de la gente. Lo estamos explicando constantemente y a veces nos encontramos con un muro de incomprensión”.

No es un hombre de excesos así que ha eludido señalar los momentos más intensos de sus días como Director de la RAE, pero sí “los poco gratos vinculados a los esfuerzos para conseguir ayuda y reconocimiento de la tarea de la academia desde el punto de vista financiero con resultado a veces decepcionante. Lo peor es cuando se reciben buenas palabras que no van acompañados de ninguna acción”. Pero le duele especialmente “la falta de comprensión de lo que la Academia es. Cuando se dice que estamos lejos de la sociedad, que no aportamos nada, es una mentira. A veces se dirigen a nosotros despreciando nuestra competencia lingüística, como si fuésemos una academia de indocumentados  e incluso de malintencionados, cuando todo lo que hacemos desde hace 300 años tiene un fundamento”.

Si algo ha caracterizado el mandato de Darío Villanueva es el proceso de apertura a la sociedad de la RAE. Responde a 60 millones consultas del diccionario en línea al mes, tiene 1,3 millones de seguidores en twiter a los que están dando continuamente explicaciones e información, resuelve al día 300 consultas lingüísticas, Han abierto las puertas al edificio, y el año pasado recibieron 4.000 personas.