1.800 soldados de República Centroafricana adiestrados con la participación de España

Manuel Ángel Gómez

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Militares españoles han participado a lo largo de los últimos cuatro años en operaciones dirigidas a conseguir la estabilización de la República Centroafricana después del estallido de violencia a finales de 2013. Ahora -desde julio 2016- forman parte de la misión EUTM RCA, una misión de adiestramiento del ejército centroafricano. El coronel español Dionisio Urteaga, jefe del Estado Mayor de esta misión, cuenta que “consiste en dar asesoramiento especializado para la regeneración de las Fuerzas Armadas centroafricanas”, y -además- “de dar una formación a suboficiales y oficiales del ejército, y adiestrar a batallones”.

“Después de la crisis de 2013 prácticamente las Fuerzas Armadas de la RCA desaparecieron, es necesario regenerarlas, y pidieron ayuda a la Unión Europea”, explica el coronel Urteaga. La intención es constituir un ejército “democrático, étnicamente equilibrado, responsable y eficaz”.

Hasta ahora 1.800 soldados centroafricanos han recibido formación en EUTM RCA1.200 fueron adiestrados -dos batallones- entre 2016 y 2017, y en estos momentos se están entrenando a otros 600 militares, de un tercer batallón. También han sido formados 240 hombres de los grupos armados que se enfrentaron en la crisis de 2013 para su incorporación al ejército.

En la misión EUTM RCA participan diez países (Francia, Portugal, Rumania, Polonia, Suecia, Serbia, Bosnia-Herzegovina, Georgia, Lituania y España), y hay ocho militares españoles, que ocupan algunos de los puestos de mayor responsabilidad. Aparte del jefe del Estado Mayor, son españoles el jefe de Inteligencia y el jefe de Planes.

El cuartel general está ubicado en Bangui -la capital-, dentro de una base de MINUSCA -la misión de Naciones Unidas en la RCA-, y las actividades de adiestramiento tienen lugar en un centro de formación en Kasai, a 6 kilómetros.

El coronel español asegura que gracias a “la intervención de Francia, la Unión Europea y la ONU” después de la crisis de de 2013, “el país se ha estabilizado”, aunque varios grupos que se sumaron al proceso de desarme “no han dejado de crear pequeños conflictos, de carácter muy limitado, pero con picos de tensión y de incertidumbre, y se refleja sobre todo en la capital”. En Bangui hay autodenominados “grupos de autodefensa que se dedican al crimen organizado, a imponer tasas para controlar la seguridad en algunas zonas”, señala. Y en el resto del país no cesa “la tensión entre los antibalaka y los seleka por el control de determinados territorios para obtener beneficios económicos de la explotación de las minas, los recursos naturales y el tráfico de ganado”. Estas milicias disponen de armamento ligero -en gran parte de fabricación casera-, de algunas granadas de mano, ametralladoras y lanzagranadas.

“La situación humanitaria ha mejorado”, afirma el coronel Urteaga, que -no obstante- añade que “falta presencia del ejército”, y ocupan ese vacío los grupos armados, que crean inseguridad, llevan a cabo acciones de pillaje, lo que causa oleadas de desplazados temporales.