El dinero que mueve el ciberdelito supera ya al del narcotráfico
El capitán de navío Enrique Cubeiro, jefe de Operaciones del Mando Conjunto de Ciberdefensa, asegura a COPE que “en el ciberespacio hay una actividad hostil permanente” por lo fácil y barato que resulta atacar
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El ciberespacio ha ido ganando cada vez más terreno como campo de batalla y escenario de operaciones militares. El jefe de Operaciones del Mando Conjunto de Ciberdefensa, capitán de navío Enrique Cubeiro, asegura que “España fue uno de los primeros países del mundo que comprendió que el ciberespacio constituía un nuevo dominio” para estas operaciones. “Es un territorio donde se puede combatir y en el que hay activos que proteger del adversario, en el que también puede atacar el enemigo”, señala. Y -por esa razón- hace más de cinco años se decidió crear el Mando Conjunto de Ciberdefensa (MCCD), que tiene una triple dependencia del JEMAD (Jefe del Estado Mayor de la Defensa), del Mando de Operaciones y del secretario de Estado de Defensa.
“En el ciberespacio existe una actividad hostil permanente en un grado de intensidad no comparable al resto de dominios, por lo fácil y barato que resulta atacar de forma inmediata y desde cualquier ubicación, y por la enorme dificultad de atribuir un ataque a un actor concreto”, cuenta el capitán de navío. Afirma que “el dinero que mueve el ciberdelito a nivel mundial ya ha superado al del narcotráfico”, y pone como ejemplo el ransomware, que -a día de hoy- “es la la forma delictiva más rentable”. Consiste en el cifrado de los datos del dispositivo víctima del ataque y la exigencia de un pago en criptomonedas a cambio de su descifrado, “todo sin apenas riesgos para el atacante”.
El jefe de Operaciones del MCCD explica que “en el ciberespacio hay infinidad de actores con capacidad para hacer daño y con una enorme variedad de motivaciones”, ya que “el adversario puede ser desde un adolescente con acné hasta una potente agencia de inteligencia extranjera”.
Las amenazas en este terreno virtual son las mismas que en el mundo real: conflictos armados, crimen organizado, terrorismo, espionaje, armas de destrucción masiva... Pero hay una especialmente preocupante, y es la de los grupos denominados “Amenazas Persistentes Avanzadas (APT por sus siglas en inglés). Se trata de “grupos multidisciplinares, muy capaces, con potente financiación, en su mayor parte asociados a servicios gubernamentales de inteligencia y cuyo objetivo prioritario es el ciberespionaje”.
La misión del MCCD es “garantizar el libre acceso al ciberespacio a las Fuerzas Armadas, y la disponibilidad, integridad y confidencialidad de la información y de las redes y sistemas del Ministerio de Defensa”, señala su jefe de Operaciones. Pero también es responsable de “obtener, analizar y explotar información sobre ciberataques e incidentes en esas redes y sistemas, y de ejercer la respuesta oportuna y proporcional en el ciberespacio ante amenazas y agresiones que pudieran afectar a la defensa nacional”.
Enrique Cubeiro dice que el Mando gestiona “varios cientos de incidentes cada año -sin contabilizar los miles de intentos que son rechazados de forma automática por la defensa perimetral-, y entre cinco y diez son ciberataques relevantes”. Recientemente se ha planteado la posibilidad de crear una ciberrreserva de expertos en campos relacionados con la seguridad y la ciberdefensa, una iniciativa que “no ha partido del Ministerio de Defensa, pero que es una idea muy buena que lleva años funcionando en países de nuestro entorno con buenos resultados”, según este militar.
Del Mando Conjunto de Ciberdefensa forma parte también personal civil con diferentes perfiles -desde funcionarios hasta ingenieros especializados- para asesoramiento y apoyo.